Uno de los países que de manera más poderosa y fascinante te puede llamar la atención es Marruecos, tan cerca y tan lejos, lugar en el que de verdad podemos decir «esto es otro mundo» a unos pocos kilómetros de casa. Igual que en sus ciudades hay mucho espabilado con los turistas, perderse por sus pueblos y ver el respeto y humildad de sus gentes, cautiva.

He tenido la suerte de visitarlo un par de veces, una de ellas en profundidad, tanto en tiempo como en experiencia. Conozco gente de más o menos todos los estamentos sociales del reino alauita, desde personas del Majzen, poder en la sombra en Marruecos, hasta simples y pobres ciudadanos, tengo una opinión, no sé si con criterio o no, pero tengo la sensación de que nos gusta mucho hablar de ellos y poco escucharlos…

En Noviembre de 2018 se dieron unas protestas, miles y miles de personas, la mayoría jóvenes, salieron a manifestarse contra la decisión del gobierno de Marruecos de no cambiar la hora. Como occidental, no dejaban de sorprenderme tales protestas, así que no tarde mucho en reflexionar y preguntar si era normal la que estaban formando por una cuestión tan nimia, comparado con todas las cosas que pasan en Marruecos, me acuerdo de una respuesta que obtuve «los españoles nunca vais a entender Marruecos». En muchos lados de Marruecos, las escuelas están muy dispersas, los niños tardan horas en llegar a las mismas, no cambiar la hora y que amaneciera más tarde, suponía que muchos niños podían dejar de ir a clase, pues los padres no estaban dispuestos a mandarlos de noche a caminar. El pueblo estaba dolido, porque quieren que los niños vayan a la escuela y aprendan, era una protesta mucho más profunda de lo que parecía a simple vista. Eso es Marruecos.

En Teruel hay muchos marroquíes, algunos locales recelan, pero yo les agradezco, gracias a sus hijos se mantienen abiertas muchas de nuestras escuelas y no olvidemos que muchos vienen a trabajar de pastores o en el campo, en un país que nos hemos aburguesado, no hay colas para pasarte el día entre ovejas bajo el sol. Pero siempre nos falta interlocución y eso nos falta ahora mismo a nivel nacional. Abandonamos a su suerte a los saharauis que recordemos tenían el estatus de provincia y eran ciudadanos españoles, para Marruecos en cambio el Sahara es cuestión nacional y muy sensible. Vamos, que es un lío de un par de narices y en el que solo podemos hacer una cosa, hablar y hablar hasta que se nos seque la lengua, porque nos jugamos mucho, lo que no se puede hacer, es como si nada, pensando que todo pasa sin más, como ha hecho el gobierno o ir como Abascal a caldear el ambiente. Hay que poner los intereses comunes por encima de los propios y no pensar que mover una pieza en un tablero ardiendo no supone nada. La UE tiene que tener presencia más allá de palabras de apoyo en una cuestión tan compleja, con la vida de personas por medio, personas, no lo olvidemos.

Víctor Puch