Las cifras de contagios covid resultan muy preocupantes en Alcañiz, que se ha situado en pocos días como la segunda ciudad de Aragón con más casos y una incidencia acumulada de casi 300 por cien mil habitantes a siete días, el triple de la media regional. En la última semana se han contabilizado 53 casos y el índice de positividad supera el 8%. Teniendo en cuenta que no ha habido ningún puente festivo de especial importancia ni se han celebrado eventos masivos, cabe atribuir los casos a una relajación vinculada a incumplimientos del uso de mascarilla y la distancia de seguridad. Mirándonos en el espejo de Europa, conviene reflexionar sobre las consecuencias que supondrían contagios sin control, especialmente para la economía local. Con unas cifras altas de vacunación, no hay que perder de vista que muchos mayores siguen sin la tercera dosis y nos acercamos a fechas en las que una combinación de varias patologías puede ser fatal. No hay que olvidar que los mayores siguen siendo los más vulnerables y que las residencias continúan sufriendo la entrada del virus con brotes en todo Aragón.

El puente de la Constitución y las celebraciones pre y post navideñas son una prueba de fuego que debemos superar. El año pasado no lo conseguimos y hubo que confinar la capital bajoaragonesa durante varias semanas. Hay que echar la mirada atrás para controlar los datos ahora que estamos a tiempo. Medidas como el pasaporte covid, plenamente implantado en otros países, son una garantía segura de que quienes han cumplido la responsabilidad de vacunarse pueden moverse con libertad garantizando la salud del otro.

Asimismo no hay que perder de vista la situación gravísima del Hospital de Alcañiz, con una cifra muy elevada de camas ocupadas y un déficit de médicos que se viene denunciando desde hace semanas sin solución a corto plazo. También están escasos de recursos en los centros de Salud, donde ya ha comenzado la vacunación de la gripe en paralelo con las nuevas dosis covid y las consultas normalizadas. Por ello, para que aquellos que de verdad deben ser tratados puedan recibir la mejor atención sin ser derivados a otros hospitales, debemos ejercer una responsabilidad incluso mayor que el resto. Solo con una solidaridad común en la que se unan la voluntad de protegernos y proteger a los demás, la experiencia que nos aporta la memoria del pasado y el compromiso con el bienestar de todo el territorio (económico y sanitario) podremos evitar retroceder a fases anteriores de aforos y horarios limitados.

Editorial.