El sistema neoliberal ha colapsado, necesitamos un nuevo sistema económico social ¿Recuerdan aquello de no hagas caridad con la comida, enseña a la gente a producirla y dales medios y empresas para que la gestionen? El «keynesianismo» con el que se llenan la boca ciertos políticos y su falacia de los subsidios y renta mínima son parches para hoy y miseria estancada para mañana. En pleno progreso de la crisis económica es preciso apoyar a un Estado que reactive la economía productiva, promoviendo industrias que creen productos y herramientas para consumo nacional; volviendo atrás el régimen neoliberal de «reconversiones» y deslocalizaciones de industrias; impulsando la agricultura como sector primario fundamental; generando empleo y controlando un mercado y un consumo que no estén basados en el derroche; blindando la salud y la educación como bienes básicos y arrancando a la sanidad de las manos de los fondos buitre (recuerden a los ancianos); revirtiendo la contaminación y el cambio climático (causa en la sombra de las pandemias); racionalizando el teletrabajo para ir dando vida a la España vacía; descongestionar las grandes capitales, campo de siembra de enfermedades, miseria y violencia; frenando el turismo invasivo y contaminante, para promover el interno; imponer el respeto a la Naturaleza y, por último, pero no menos importante, cambiar la estructura funcionarial y política de un país con una nómina exagerada y crear una administración flexible y eficaz con los menos empleados posibles.
España necesita un líder con autoridad, prudencia, bien informado de los problemas de la población y del país, alejado de la estupidez violenta y gregaria de algunos partidos y las corruptelas oficiosas de otros; alguien que aglutine a todos en estas horas bajas y convenza a nacionalistas y voxeros, a la ultraderecha vociferante, a derechas e izquierdas, que es hora de unir y no de separar. No queda otra. Y a todo esto, suponiendo que no nos acorrale el virus de nuevo por la irresponsabilidad de los covidiotas que atacan a la supuesta «dictadura» de quienes han decretado confinamientos (¿tenía alguien una idea mejor?). Realmente, ¿se trata de una misión imposible?.
Alberto Díaz Rueda
antonio germán torres dice
Don Alberto:
Usted es un hombre culto y conoce bien las fuentes de información que nos pueden ayudar a entender lo que pasa. Pero me parece que o las olvida o no le convienen. Prefiere llevar las aguas a su molino ideológico. Otros países lo hacen mejor que nosotros y no aplican las mismas recetas. Japón, que es un ejemplo de buenos resultados en la lucha contra la pandemia, no ha hecho confinamientos. La razón fundamental es que la ley no autoriza al gobierno a ningún tipo de confinamientos. Tampoco ha recomendado el tele-trabajo, y la razón fundamental ha sido que la mayoría de las viviendas no tienen ni ordenadores ni impresoras. Eso ya se ha quedado viejo. Su instrumento de trabajo es el teléfono de alta gama. El aparato que más se ha vendido en Japón durante esta crisis ha sido el microondas, ya que la mayoría de las viviendas no están preparadas para cocinar en casa. Y en cuanto a las distancias de seguridad, son simplemente imposibles. Son 125 millones de personas en un territorio que es algo mayor que la mitad de España, viviendo en mega ciudades como Tokio. No hay sitio para que puedan estar a dos metros los unos de los otros. Pues bien con todo esos datos, explíquenos que han hecho para que mientras en España hayan muerto mas de seiscientas personas por millón de habitantes en Japón no llegan a seis muertos por millón de habitantes. A lo mejor si que hay algún motivo para la queja ( lo que usted llama vociferar), y a lo mejor tampoco es justo llamar «covidiotas» a los que en Japón decidieron que confinar a la gente no es ni decente ni inteligente. El Gobierno confía en el pueblo y el pueblo confía en su gobierno. Vamos, como aquí.
Reciba un cordial saludo