Motorland ha recibido este domingo el premio de internacional de la FIM como mejor organización de los dos Grandes Premios de Motociclismo organizados en 2020, el GP de Aragón y el GP de Teruel. En un contexto dificilísimo a causa de la pandemia, recibir este reconocimiento, el cuarto en doce años, es muy importante. El Best Grand Prix 2020 lo concede al término de cada temporada la Grand Prix Commission (GPC), en la que se integran FIM (Federación Internacional de Motociclismo), IRTA (Asociación de Equipos del Mundial IRTA), en representación de todos los equipos, Dorna y la MSMA (Asociación Internacional de Constructores). Supone el aplauso de toda la comunidad internacional especializada, de la más alta capacidad de juicio, a una labor de la que forman parte quienes llevan trabajando en el complejo del motor desde hace ya más de una década. Es la cuarta vez que Motorland recibe este premio (2010, 2013 y 2015) Ese engranaje no es nada sencillo y su continuidad está siendo posible gracias a la labor de muchas personas. No cabe debate al respecto, al igual que tampoco pueden situarse en el balance de resultados de Motorland sólo las pérdidas sin colocar en el otro lado de la balanza el impacto en el territorio. Ese retorno se produce durante los días de la celebración del mundial de MotoGP, pero también el resto del año y por eso debe renovarse el compromiso del Gobierno de Aragón con Dorna, tal y como va a suceder. Los equipos realizan entrenamientos durante diferentes épocas, tanto organizados como a título individual; además las tandas de aficionados se llenan los fines de semana porque los moteros quieren rodar por el mismo trazado que sus ídolos. Esto permite una ocupación de la pista constante y desestacionalizada que sin duda revierte en el sector hostelero y también ubica al Bajo Aragón en un mapa al que ni vascos, valencianos, madrileños o gallegos accedían hasta ahora. Sin embargo, es cierto que los objetivos con los que nació Motorland están muy lejos de cumplirse y urge una gestión mucho más ambiciosa que logre atraer tanto a empresas a Technopark, como la ocupación del resto de circuitos (tierra y karting) así como el impulso del circuito de velocidad para usos nuevos que no estén ya consolidados y supongan una inyección mayor de dinero. Queda mucho trabajo por hacer. La ciudad de Alcañiz se ha demostrado muy generosa este fin de semana, en el que las fiestas patronales estaban canceladas y sin embargo los moteros han llenado las calles, los bares y los restaurantes junto a vecinos que añoraban sus actos tradicionales. Es una paradoja muy difícil gestionar y pese al fuerte dispositivo policial ha habido momentos de verdadera tensión y aglomeración. No sólo en la ciudad llena de motociclistas, sino también en parajes naturales donde se han celebrado macrobotellones ilegales por las no fiestas con cientos de jóvenes. Sin duda hay mucho por mejorar, pero es una labor colectiva. La paciencia de vecinos y hosteleros, los esfuerzos del personal municipal, e incluso los restos de basura que limpiaron algunos jóvenes el domingo son la voluntad colectiva que nos hace crecer. Quedémonos con eso.

Editorial.