La competición Motostudent se consolida tras doce años de intenso trabajo. Lo que empezó como una iniciativa experimental, se ha convertido en la mayor competición universitaria internacional de nuestro país dedicada exclusivamente a motociclismo. Desde ayer hasta el domingo, 700 estudiantes, 130 profesores y 83 equipos de 16 países y cuatro continentes invaden Alcañiz y alrededores. Llevan más de dos años trabajando para diseñar y fabricar los prototipos de sus motos de combustión y eléctricas para competir en Motorland. La iniciativa, liderada por Moto Engeenering Foundation en Technopark, gana año a año escuelas universitarias que se adhieren. Este año son nueve más, pese a la pandemia y todas las barreras que ha supuesto tanto para la movilidad internacional como para las propias universidades, donde los alumnos han tenido verdaderas dificultades incluso para reunirse. Cada equipo está integrado por varios departamentos que desarrollan desde el chasis hasta el motor e incluso se ocupan de la comunicación de sus proyectos y las redes sociales.

Muchos de estos estudiantes terminarán trabajando en las principales escuderías de competición del mundo, así como en multinacionales de referencia del sector. El modelo de desarrollo que supone esta iniciativa contiene valores fundamentales ligados a la esencia del proyecto de Technopark, uniendo formación, juventud, competición y calidad técnica. Asimismo, la propuesta permite que decenas de escuelas de ingeniería tengan conocimiento sobre el proyecto del motor aragonés en su globalidad. Ahora resta que ese contacto se mantenga y puedan ser enlaces para posibles futuras sinergias que puedan establecerse tanto a nivel deportivo como empresarial.

En este último sentido, resulta preocupante la falta de conocimiento que existe incluso dentro del propio Aragón sobre las potencialidades del parque tecnológico alcañizano, cuya ralentización y pérdida de empresas en los últimos años no cesa. Bien es cierto que no han sido los mejores años para el crecimiento del sector de la automoción, sin embargo ha sido obviado en todas las propuestas relacionadas con el desarrollo de la innovación ligada al motor, que se ha centrado totalmente en la capital zaragozana. Se ha de exigir que la inversión pública realizada en este proyecto y que continúa realizándose revierta en la implantación de empresas ligadas a la ingeniería del motor. La inclusión de Technoparck dentro de los espacios donde podrían ubicarse nuevos proyectos ligados a los fondos europeos por la pandemia sería deseable pero sobre todo una mayor presión y esfuerzo para que la presencia de Alcañiz esté en los centros de toma de decisiones.

Editorial.