Aunque me puedan tachar de reiterativo y monotemático, mi artículo de opinión vuelve a incidir en el mayor problema que, a mi juicio, se cierne sobre el Bajo Aragón Histórico y no es otro que el cierre de la Central Térmica Teruel y la búsqueda de alternativas para la creación de empleo en la zona.

Los últimos días han sido muy intensos y se han sucedido una serie de noticias y reuniones relevantes que dan idea de la magnitud del problema. La presentación por parte de Endesa del plan de cierre de la térmica el pasado miércoles, no ha supuesto ninguna sorpresa tras lo que ya nos anunció el Consejero Delegado José Bogas hace una semana. Un plan que nos parece insuficiente para las necesidades que tiene nuestra zona.

Necesitamos que ese llamado plan de acompañamiento sea más ambicioso y comprometido. Apelamos a la responsabilidad de Endesa con un territorio que le ha dado todo durante muchos años.

Confiamos en que el Ministerio de Transición Energética no admita el plan de cierre ya que no resuelve en absoluto la pérdida de empleo que generaría la desaparición del sector minero-eléctrico, ya que en palabras de la propia ministra Ribera «no habrá autorización de cierre sin un plan sólido de acompañamiento en la zona de afección».

Los primeros pasos para la reindustrialización de las comarcas mineras ya se han dado con la llegada de los fondos para infraestructuras en municipios mineros, que tantos años llevo reivindicando, con los cuales vamos a poder ampliar el Balneario de Ariño y crear nuevos empleos. Pero no es suficiente, necesitamos que el plan de transición justa que debe presentar el Ministerio sea capaz de aunar ayudas e intereses y entre todos seamos capaces de plantear proyectos viables para que nuestros pueblos sigan teniendo vida.

Un plan que vaya más allá de Andorra, hablemos de territorio y olvidemos los localismos si queremos que nuestros esfuerzos den el resultado esperado. Ahora, más que nunca trabajemos todos juntos y cambiemos el preocuparnos por el ocuparnos.