Hace unos días, mi amiga Concha colgó fragmentos de unos versos de León Felipe (1884-1968), «Ya no hay locos», que este escribió en 1938, cuando en España se mataban unos españoles con otros. Me trajeron recuerdos y mucho en que pensar. En tranquilidad, algún aplomo y el sosiego que dan los años. Pensar tranquilo, qué bonito ejercicio, en un mundo en el que la velocidad lo condiciona todo, se vive a velocidad de vértigo, hay prisa por tener, hay prisa por el poder, no hay tiempo, no nos queda tiempo para nada que no sea alcanzar más velocidad, todo llega rápido, todo sucede rápido, todo pasa rápido y se olvida mucho más rápido, por eso estamos condenados a repetir los mismos errores y sufrir los mismos horrores que ya otras generaciones anteriores repitieron y sufrieron.

Leía en este mismo periódico el artículo de Alberto Díaz Rueda «La Cancel culture», lo que me llevaba a mis primeros pensamientos y a pensar que todos estos que cada día nos hablan, nos adoctrinan y nos dirigen, no son ni tontos, ni locos, si no que como decía León Felipe: «Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego, aquel estrafalario fantasma del desierto y … ni en España hay locos. Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo.
Oíd … esto, historiadores… filósofos… loqueros…

¿Cuándo se pierde el juicio? (yo pregunto, loqueros).

¿Cuándo enloquece el hombre? ¿Cuándo, cuándo es cuando se enuncian los conceptos absurdos y blasfemos y se hacen unos gestos sin sentido, monstruosos y obscenos?

¿Cuándo si no es ahora (yo pregunto, loqueros)?

¿Cuándo es cuando se paran los ojos y se quedan abiertos, inmensamente abiertos, sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento?

¿Cuándo es cuando se cambian las funciones del alma y los resortes del cuerpo y en vez de llanto no hay más que risa y baba en nuestro gesto?

Si no es ahora, ahora que la justicia vale menos, infinitamente menos que el orín de los perros; si no es ahora, ahora que la justicia tiene menos, infinitamente menos categoría que el estiércol; si no es ahora … ¿cuándo se pierde el juicio?

Respondedme loqueros, ¿cuándo se quiebra y salta roto en mil pedazos el mecanismo del cerebro?»

Todos estamos terriblemente cuerdos para tratar de conseguir nuestros intereses, y da miedo amigos, esto de que ya no haya locos que persigan quimeras llenas de ilusiones, esperanzas, horizontes… que quieran vivir fuera del rebaño.

Mira si todo el mundo está cuerdo, que los versos de 1938 parecen de 2020 y a la falta de locos, se suma la de corazones. Aquellas canciones de denuncia que cantaba Paco Ibáñez, por los años de 1960-70-80, se tornan actuales, aquellas letras de Góngora, Celaya, Alberti, Neruda, Brassens, etc. Y lo peor, dentro de otros 82 años, socialmente serán actuales, habremos aprendido poco o nada. Mala cosa esta.

Pascual Ferrer