Hace no muchos días, reponían en La 2 un reportaje sobre el multifacético productor musical ya fallecido Mario Pacheco, fundador y propietario de uno de los sellos discográficos de mayor calidad y prestigio de España, Nuevos Medios.

Aunque de naturaleza ajena a los ecosistemas del flamenco, pasó a la historia, fundamentalmente, por producir y promocionar el género que se conoció como nuevo flamenco, concepto que en el siglo XXI ha servido más que nada para enmascarar discos de música comercial con inspiraciones flamencas, pero que en los años ochenta, supuso una auténtica revolución cultural en lo suyo.
Mario Pacheco fue como decía, el instigador de aquellas producciones revolucionarias y de calidad de grupos o cantantes como Ketama, Morente o Pata Negra, con discos legendarios, con una productora modesta en algunos aspectos e infinitamente ambiciosa artísticamente.
Siempre que veo alguna de esas joyas, mi mente no para de establecer paralelismos en asuntos como el talento que hay para gestionar y crear en muchas esferas y lo poco que lo hay en ámbitos como el de la gobernanza. En España hay talento, en la cultura, en la economía, en la innovación y en muchos aspectos que debiéramos reivindicar con mayor frecuencia.

En las nuevas etapas que se avecinan, sin duda vendrán episodios crudos, dada la crisis que vivimos y España debería optar por un reset general. Sabemos que casi seguro no se producirá, pero yo me inclinaría por un modelo similar al de Nuevos Medios: apostaría sin miedo por hacer cambios en cosas en las que parecía imposible, tendría los mejores contactos posibles en el exterior, confiaría en el talento, buscaría ser sostenible, que no es lo mismo que rico, e incluso perdería dinero si es necesario por algo que valga la pena.

Sé que, traducido a un país, es muy difícil, pero ¿qué futuro nos depara si no cambiamos el rumbo? España cada vez produce menos, industria tenemos la mitad que antaño, el sector servicios, aunque gigantesco tiene graves problemas, la agricultura dependiente de ayudas, también hay paro estructural, políticos, pobreza y otros males. Debería existir un consenso mínimo social a nivel nacional de que o tenemos claros que la sanidad, la educación, la ciencia, etc. deben ser intocables o cada vez iremos a peor.

Fijaros lo perdidos que podemos estar Teruel en este nuevo mundo, si a todos los males anteriormente citados, se suma que nos condenen a vivir de espaldas a lo que ahora mismo está transformando el mundo: las telecomunicaciones, la ciencia o la modernización de las infraestructuras entre otras cosas.

La encrucijada histórica y las decisiones que se tomen en la era de la maldita pandemia, decantaran el futuro hacía ser un país digno con buenos estándares de vida o proseguir el camino de la precariedad hasta que nos transformemos en una medianía absoluta.
Ejemplo la vacuna, miren el dinero que han invertido otros países en su desarrollo, muchos con menos recursos que nosotros y el que hemos destinado nosotros, no podemos esperar siempre que las soluciones vengan de fuera.

Víctor Puch