El pasado 26 de mayo, los ciudadanos y las ciudadanas volvieron a tener voz y voto en las urnas. Volvieron a tener la palabra para decidir cuál es el futuro que quieren para sus pueblos, cuál es el futuro que quieren para ellos y para ellas y, sobre todo, cuál es el futuro que quieren para las generaciones venideras.

Y la ciudanía de Ariño ha hablado alto y claro. Han expresado de forma nítida, con el 54,5% de los votos emitidos, que mantienen intacta la confianza en el equipo que ha gobernado el Ayuntamiento de Ariño los últimos 4 años.

Es la cuarta vez que tengo el inmenso honor de encabezar la lista que ha resultado elegida de forma mayoritaria. Desde que en 2007 fui investido Alcalde por primera vez, me he enfrentado a esta tarea siempre con un mismo objetivo: defender, trabajar y luchar por los derechos y los intereses de mis vecinos.

La mayor de las honras que un ciudadano puede alcanzar, es poner al servicio de su comunidad, su compromiso y su esfuerzo con todos, por todos y para todos, desde la confianza que éstos nos otorgan.

Asumo con agradecimiento el respaldo ciudadano que una vez más he recibido. La experiencia política y personal de estos 12 años de gobierno municipal, ha sido inigualable y ha superado cualquier expectativa que pudiera tener.

Son muchos los retos que asumimos a lo largo de esta legislatura. Ahora, sin embargo, debemos hacer frente al reto que supone resolver los problemas pendientes, los nuevos que se vislumbran y otros resultantes de los cambios externos que estamos viviendo.

El cargo que nos distingue a cada uno de los que hemos sido elegidos contiene una responsabilidad que es al mismo tiempo un gran honor y un privilegio. Cumpliremos nuestras obligaciones para hacer de Ariño un pueblo en el que ninguna distinción perjudique a nadie. Para que los intereses generales estén por encima de los particulares y para que la convivencia y las normas de buena vecindad, estén por encima de las ideas políticas.