No, no hablo de la campaña política, aunque hayamos tenido ahora la de Andalucía, hablo de la campaña realmente importante, la que tenemos todos los años y a la que no le prestamos la atención que se merece.

La campaña de la cosecha, esa en la que la mayoría de los agricultores se la juegan a una carta.

Cultivar es un arte, y nuestros agricultores los artistas que no hemos sabido valorar. Se suben al tractor con la ilusión y las ganas de hacer las cosas bien, de dar de comer a sus familias y al mundo entero. Cada mañana, pasadas de arado y cultivador para preparar la tierra para la nueva campaña, luego el fertilizante y pasar el rulo antes de que allá por el mes de noviembre se eche la semilla a la tierra. Esa semilla estará alrededor de 7 meses desarrollándose bajo la atenta mirada del agricultor. Una constante de trabajo, preocupación y miradas al cielo que culminarán a lo largo de estos meses estivales.

Mucho trabajo, esfuerzo y dedicación que ya no solo se pueden ir al traste por una mala nube, sino que además ahora los agricultores tienen que soportar las desmesuradas subidas del gasóleo, que si
o si hay que comprar para recoger los cultivos que nos alimentan a todos. La subida de los fertilizantes para la campaña siguiente, que tal vez no todos se puedan permitir o la escalada de los insumos que sin estos la producción se reduciría todavía mas.

No hay nada mas vital que la alimentación para la supervivencia del ser humano, sin esa base no se puede construir nada más. Démosle por tanto la importancia y respeto que se merece la agricultura y quienes la ejercen, tengamos paciencia y prudencia estos días de recolección cuando en las vías públicas nos crucemos o adelantemos a los tractores y cosechadoras; están trabajando para que todos podamos comer.

Todos hemos notado la subida de los precios de la compra cuando vamos al supermercado ¿Pero realmente repercute esa subida de precios en los productores o al final recogerán cebada con piedras?
Hay que proteger y fortalecer al sector del que todos dependemos, al menos tres veces al día.

Marta Sancho. PAR Alloza