Elegí al PAR porque era la mejor opción para trabajar, en primer lugar por mi pueblo a través de la alcaldía a la que llegué en 2003, para trabajar desde la honradez y no pedir nada a cambio como miles de personas, no solo del PAR sino de todos los partidos en la historia de la vida municipal de este país.
Sigo en este partido porque sigo creyendo en la vigencia de un proyecto de centro y moderado para Aragón, y porque desde el año 2015 veo que se van enmendando errores del pasado a pesar de algunos. Esos que tampoco entendieron un pacto en el Gobierno de Aragón, el actual, que desde luego no era el más fácil pero era el mejor para los aragoneses. Porque otras opciones hubieran quizá dado más poder al PAR, más cargos e incluso presidencias en instituciones, sin ser el partido más votado, pero no hubiera sido un pacto de estabilidad, la estabilidad que Aragón necesita, y que en tiempos tan difíciles de pandemia se ha mostrado más importante si cabe.

Ahora me sorprendo viendo cómo personas del PAR a las que nadie les dijo que se tenían que ir, y se supone que se fueron de forma voluntaria, nos dicen que ya no es el momento del PAR, que hay que refundarlo como si al no dirigir ellos el partido, este ya no fuera necesario. Y yo no quiero volver a momentos del pasado que creo que le han hecho mucho daño a este partido, en los que la valía para ocupar un cargo no se medía por la capacidad de gestión de cada individuo, sino por la sumisión al líder todopoderoso que premiaba o castigaba, según su libre deseo.

El PAR al que pertenezco hoy es un partido en el que la gente se dedica a trabajar por los demás; por los vecinos en cada ayuntamiento, por los alcaldes y concejales desde las diputaciones y por el conjunto de Aragón en las Cortes y en el Gobierno. Un partido en el que se puede hablar de todo y debatir, en los órganos políticos que existen, si la voluntad de quienes los plantean de verdad es esa y no la de desgastar el proyecto político en proclamas en los medios de comunicación que, quienes los vociferan, ni siquiera han llevado ni a los órganos del partido ni a sus compañeros de partido, cargos públicos o afiliados.

Y por eso me da pena ver cómo hay personas que dedican tantos esfuerzos a desprestigiar el proyecto político del PAR ahora, porque ya no hacen y deshacen como en el pasado, y van lanzando discursos pesimistas, echando de menos los tiempos del clavillo del abanico. Quizá todos esos que han pensado en la política como su medio de vida ahora no se sientan cómodos en este partido, y lo entiendo, y por eso creo que debe quedarse y estar en el PAR el que quiera trabajar, como los cientos de nuevos militantes que se han incorporado este año al partido en la provincia de Teruel. En este partido no sobra nadie que quiera sumar, pero tampoco hay personas imprescindibles.

La hora de mostrar la valentía y el proyecto político será el 23 y 24 de octubre con la celebración del congreso del PAR, cuando todo aquel que tenga una opción política para este partido la defienda. Yo, como militante, aceptaré el resultado como lo he hecho siempre, unas veces con más agrado y otras veces con menos, trabajando en cada momento donde el partido y mis compañeros han entendido que era más útil, aceptando las circunstancias tal y como han venido desde el trabajo, desde la honestidad y la discreción.

Y con ese horizonte, expreso mi deseo de trabajar con personas que están en política por vocación no porque sea su única salida laboral, y que tienen donde volver, a su negocio y su vida profesional, porque vienen a la política a servir a los demás. Quiero para el PAR un proyecto de centro y decente, en el que todos seamos uno para trabajar, buscando el acuerdo para ofrecer futuro y una vida digna a todos, tanto los que viven en Fórnoles como los que están en Zaragoza. Un PAR joven, en el que quienes hemos nacido después de la Transición tengamos mucho que decir. No vamos a permitir que este proyecto político se decida en bodegas, reinos de taifas y coches oficiales, sino en pueblos y ciudades aragonesas llenos de vida donde el esfuerzo de la gente haga posible mirar con optimismo el presente y el futuro. No hay mejor proyecto de centro para Aragón que el Partido Aragonés, estoy convencido.

Alberto Izquierdo. Vicepresidente de la Diputación de Teruel