Lo que más duele de viajar al pasado, es ver cómo tenían razón los profetas del abismo cuando nos contaban que venía un mundo peor y lo que más duele del presente, es saber que no hemos hecho nada para cambiar aquellos augurios.

En mitad de la situación que estamos viviendo, hubo una mente, con menos luces que un barco de contrabando, que se le ocurrió que era el momento de lanzar una moción de censura.
En un primer momento me quería negar a escribir sobre la injustificable moción de censura de VOX, perfectamente definida por Aitor Esteban como patochada. Pensaba que todo lo que dijéramos iba a ser simplemente darle propaganda a un partido que no la merece. Pero ha sido tan malo Abascal, que se merece todo lo que se le diga.

Una moción sin posibilidad de prosperar, pero en la que tampoco se ha presentado nada más que un vómito de rabia, ni una alternativa real, ni una solución. Tampoco esperaba nada mejor, pero ha sido patético y se lo ha puesto fácil a todos, Casado, Sánchez o Arrimadas han parecido estadistas al lado de este bufón nervioso, limitado intelectualmente hasta cotas insospechadas, es lo que tiene solo leer a Pérez Reverte que te crees muy macho alfa hasta que al final la realidad te ha dado hasta en los calcetines. El hombretón que bebía agua de los arroyos de la sierra, parecía un ventrículo en manos de Torrente, empapado de sudor, diciendo una tontería detrás de la otra.
Esta es la herencia real de Trump, estos imitadores malos, que en la era de la mentira pueden campar a sus anchas, pues saben que no faltan los que les sigan en su camino hacia la nada, en esta era nuestra de bulos, medias verdades y propaganda. Trump su maestro, es el Papa al lado de monaguillos como el que tiene en España, pero realmente ambos tienen en común algo, no han hecho, hacen o harán nada que realmente mejore la vida de las personas.

Cuando careces de personalidad, valores y padeces un grave problema de sobrestima de tus capacidades, lo más normal es que te manipulen y te lleven por el camino que quieran. Aunque en el caso de Abascal lo curioso es que él mismo se cree que es el camina contracorriente sin darse cuenta, que, con su tropezón de la moción, les ha dado oxígeno a todos y cada uno de sus enemigos. Vamos que ha apuntalado todavía más aquello contra lo que dice luchar, como buen peón útil de gente que si sabe marcar de verdad su camino.

Casado ha dicho una cosa muy lógica, aunque no sea santo de mi devoción, que una cosa es el líder y otra los votantes, que a los votantes de VOX hay que escucharlos y entender que muchas veces sus postulados si tienen relación con la realidad y con cosas que deben cambiar. Pero también hay que decirles que quien los representa, es un mamarracho de mucho cuidado.

Víctor Puch