Los pueblos están abarrotados y no hay alcaldía que descanse tranquila pensando que en cualquier momento su municipio puede ser el foco de un brote covid que afecte a buena parte de la población. Lo vivió Ráfales la semana pasada, cuando más de cien personas tuvieron que confinarse por ser contacto directo con un positivo o posible positivo covid. Los rastreadores están constatando que los contactos entre personas han crecido exponencialmente y, pese a las vacunas que mantienen a raya las hospitalizaciones, los brotes implican medidas muy restrictivas que afectan de forma grave a la economía y las libertades individuales. Las «no fiestas» del puente de al Virgen y San Roque están dejando noticias de fiestas ilegales preocupantes. Cuanto más grande es el municipio más importantes son los riesgos porque el rastreo se complica de forma importante y la transmisión comunitaria está casi asegurada. En este sentido, la situación de pueblos como Caspe era preocupante antes de las no fiestas, y este fin de semana se han producido imágenes que hacen prever un aumento de los casos. Fiestas con charanga, bailes, abrazos, y vasos compartidos entre amigos que cantan sin mascarilla y parecen haber olvidado de dónde venimos y a qué riesgos nos enfrentamos. Cuando intervienen el alcohol, la exaltación de la amistad, la música y las ganas retenidas de fiesta es muy difícil excluirse del grupo. Por eso, desde DGA se hizo un llamamiento para que los actos a celebrar fueran bajo estrictos controles y teniendo en cuenta las dinámicas sociales de cada territorio. Esta semana está plagada de actividades en numerosos municipios, que no pueden detener el dinamismo cultural por el incumplimiento de unos pocos pero temen las consecuencias pese a todo. La falta de efectivos de seguridad en todo el territorio y la inacción en muchos casos cuerpos policiales que se sienten desbordados en festivos con escasas plantillas, compañeros de vacaciones y ausencia de refuerzos sitúa en la cuerda floja al medio rural. A un par de semanas de que comience el mes de septiembre, solo cabe llamar de nuevo a la responsabilidad para evitar al máximo posible los contactos sin mascarilla, en recintos cerrados y sin cumplir la distancia de seguridad. Cuídense por su propio bien, por el de todos, y porque podamos llegar de una vez una normalidad que podríamos haber alcanzado ya. Sigue habiendo pacientes en UCI y continúan falleciendo personas por covid, no lo olvidemos.

Editorial.