Pasadas varias semanas de crisis sanitaria en España y el mundo sin precedentes en los últimos años y en vista de algunas actuaciones o mejor dicho en ausencia de las mismas, podemos afirmar, que de nuevo el papel europeo deja bastante que desear.

Abundan los criterios unilaterales, hasta para contabilizar los muertos, por ni hablar de la manera de confinar o no los países y lo que es más hiriente que de nuevo se quiera poner en el centro de la diana a los países del sur de Europa, deslizando que somos una especie de despilfarradores que han malgastado el tiempo y el dinero…cansa, cansa que los de siempre confundan y mezclen, que piensen que nuestra clase política es como nuestro pueblo, cuando nuestro país en su inmensa mayoría, es sereno y ha contribuido de manera fundamental al grado de desarrollo que hoy tenemos.

Duele que con los miles de muertos que por desgracia tenemos en España, haya que escuchar la baba insoportable de algunos señoritos de nuestro continente dedicados de manera sistemática a jugar a la insolidaridad, lo hicieron durante la crisis financiera y ahora repiten.

Es vergonzoso que países como China, Rusia, Turquía o Cuba sean la vanguardia de la ayuda a Europa, mientras países bochornosamente ricos y con los que compartimos un proyecto común miran hacia otro lado o hasta nos ocultan material sanitario.

La Unión Europea es y ha sido el proyecto de integración más grande e interesante del mundo y sin la cual hoy estaríamos bastante más atrasados, pero tienen componentes con una constatada trayectoria a la hora de ser inoportunos con quien menos lo merece.

Por supuesto tenemos carencias que no son fruto de un día. En estas crisis se ven mucho más los fallos estructurales, pero de todos los errores que ha tenido, tiene y tendrá España no es precisamente nuestro sistema de salud el más importante. Nuestra sanidad aún con sus defectos se sitúa en los puestos punteros del mundo.

Por todo esto y por la falta absoluta de humanidad, reitero que no nos merecemos estas tendencias de opinión salidas desde gobiernos como el holandés.

Es un momento para dar cada uno lo mejor de nosotros mismos, como lo dan nuestros profesionales sanitarios, nuestros cajeros en la tienda, nuestros conductores o cualquiera que hoy esta peleando desde donde puede por salir hacía delante.

No necesitamos moralinas de Europa, necesitamos calor, ya hemos tenido bastante mediocridad e ineficiencia como para tener que soportar viejos tópicos cubiertos de una insolidaridad espeluznante.

Salir de esto es tarea de todos, pero no ayuda para nada que algunos de los que son nuestros compañeros de habitación prefieran morirse de calor que compartir un trozo de manta con nosotros. ¡Señores por favor! Que lo primero es la vida y la salud de las personas y frente a eso el dinero carece de todo valor. 

Víctor Puch