Decenas de profesionales de la comunicación reflexionan y debaten en Alcañiz estos días sobre periodismo. El curso que la Universidad de Verano de Teruel imparte hasta esta misma tarde en el teatro ha puesto encima de la mesa el papel de los medios como elementos vertebradores del territorio. Los cambios tecnológicos en esta España vaciada, los medios locales como bastiones de las grandes reivindicaciones territoriales, el sentimiento de pertenecer a una comunidad, el servicio a la sociedad y a la cultura que prestan las televisiones, las emisoras de radio, los periódicos o los diarios digitales, han sido algunas de las ideas de mayor calado que han surgido a lo largo de intensas jornadas.

Alcañiz, como cuna del fundador del periodismo moderno, Mariano Nifo, ha recibido estos días a directivos, profesionales y especialistas de los principales medios de comunicación, públicos y privados, de nuestro país. Todos han coincidido en la necesidad de poner voz a los territorios y a sus gentes. Han alentado a la sociedad rural a seguir reivindicándose para hacer frente a la despoblación, la falta de servicios básicos, la ausencia de carreteras… Todas esas enfermedades que sufre la España vaciada y que, poco a poco, van entrando en la agenda mediática nacional.


Que en os medios nacionales se hagan eco de la experiencia de un maestro rural o de la falta de cobertura móvil en nuestro territorio es clave si queremos también estar en la agenda política.


Para llegar a las redacciones de Madrid se ha de trabajar en el terreno, desde lo local. Y en eso estamos los periodistas rurales. En intentar llegar a la capital del país con historias que nos cautivan cada día; que intentamos hacer nuestras; en las que creemos y con las que nos implicamos. En estos días de curso, donde las conferencias se han lanzado desde las tablas del teatro, los medios que trabajan -que trabajamos- en la España rural han tenido presencia y voz en el debate en el plantel de profesionales de medios nacionales. Alcañiz es exponente de que en el medio rural se pueden hacer bien las cosas, igual que en las grandes ciudades. Y esa es la línea a seguir para luchar de una manera constructiva en favor de la España vaciada. Como se ha dicho, «en una época en la que lo único seguro es la incertidumbre», acabamos la semana con optimismo porque somos necesarios. Lo somos nosotros y ustedes.


En una semana como esta, y desde la Ciudad de la Concordia, cabe llamar a la participación de todos los bajoaragoneses en este periodismo rural. Hágannos llegar sus historias y cuéntennos sus reivindicaciones; pero también sus logros y sus triunfos, que son muchos y merecen y deben ser contados y compartidos.