Con la educación no se juega, es lamentable que pongamos cuestiones de educación encima de la mesa para aprobar unos presupuestos. El pin parental, permite a los padres a no autorizar la asistencia de sus hijos e hijas a actividades complementarias incluidas dentro del currículo escolar y que pueden cuestionar sus convicciones morales, ideológicas o religiosas.

En educación no se trata de adoctrinar a los niños y niñas. Por encima de todo está el derecho a recibir una educación en protección de derechos humanos y respecto hacia todos, tal y como recoge la Constitución.

Nos estaremos engañando, cuando los mismos docentes estén diseñando sus tareas y observando esta norma y dejando de lado los principios básicos de su profesión: Educar en la convivencia, en la igualdad y la equidad.

Las creencias y las opciones políticas de la familia y el ámbito privado, no deben de ser una interferencia para la construcción de un modelo educativo en igualdad. La diversidad en la escuela debe de ser una realidad en la educación integral, el desarrollo de las capacidades afectivas del alumnado, la formación en el respeto de los derechos y libertades, la igualdad efectiva de oportunidades entre hombres y mujeres y el reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual. Negar a los niños la oportunidad de conocer la diversidad es una cuestión de derecho civil.

«El secreto de la libertad radica en educar a las personas, mientras que el secreto de la tiranía está en mantenerlos ignorantes» Robespierre.

María Ariño – PSOE Mas de las Matas