El primer paso para que la España Vaciada tenga voz en las administraciones. Si hoy existen lugares emblemáticos es porque un día en ellos sucedieron acontecimientos capaces de cambiar el ritmo de la historia; el Convento de San Miguel de las Victorias de Priego, con sus impresionantes vistas al estrecho moldeado por el río Escabas, ha sido este fin de semana testigo de los decisivos acuerdos de la España Vaciada, tomados en nuestra III Asamblea General. Las plataformas decidimos allí seguir luchando por el equilibrio territorial y por revertir la despoblación con todos los recursos a nuestro alcance, y para ello vemos que es necesario dar el paso de estar presentes allá donde se toman las decisiones.

El encuentro tuvo como escenario este paraje milenario de la alcarria conquense, donde se vivió un ambiente fantástico, rebosante de ilusión y de esperanza, al tiempo que acompañado de un gran sentido de la responsabilidad. Además de preparar nuevas acciones y movilizaciones, los participantes nos reafirmamos en que debemos dar un paso más si queremos que nuestros pueblos y territorios sobrevivan.

De forma consensuada, tras un debate profundo y reflexivo, decidimos crear una herramienta de participación política con la que reavivar las esperanzas de revertir de una vez por todas este rumbo al que están abocados nuestros territorios. Consideramos que es el momento de cambiar esta dirección, que es urgente y necesario afrontar de forma decidida y contundente el problema del desequilibrio territorial y la despoblación, como una de las prioridades de este país, con presupuestos y con acciones eficaces, que sirvan para dar la vuelta a la situación de falta de desarrollo, oportunidades y servicios de estos territorios; además de resarcir, de una vez por todas, la deuda histórica en comunicaciones planteadas en el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda del Gobierno (PITVI 2012-2024).

Ahora vamos a iniciar el proceso de reconstrucción del país tras la pandemia. Los fondos europeos deben tener como objetivo el reequilibrio territorial y la lucha contra la despoblación de forma transversal desde todos los ministerios, y no deben ser utilizados para hacer más grande esta brecha de desigualdad. Porque si no es ahora, seguro que después llegaremos tarde, y entonces puede que nunca nos lo perdonemos.

Lo que viene a expresar este paso de la España Vaciada es el hartazgo ante el nulo avance en la consecución de nuestros objetivos, la falta de políticas transversales, el cansancio ante las buenas palabras sin más repercusión, la falta de credibilidad de los discursos que afirman sentir nuestra misma preocupación pero que no cambian nada. Porque las medidas propuestas hasta ahora en el Estado y las CCAA, y su dotación presupuestaria, son insuficientes para la dimensión de este problema.

Después de descubrir que somos muchos los que compartimos estos objetivos, hemos demostrado que somos capaces de movilizarnos juntos, de trabajar codo con codo en favor de intereses comunes y de crear un Modelo de Desarrollo con 101 medidas efectivas para afrontar en las políticas nacionales y autonómicas. Ahora, en el transcurso de este arduo camino en el que nos encontramos, sentimos que es el momento, que ahora llega nuestro tren y que no lo dejaremos pasar.

En la España Vaciada, todos tenemos muy claro que el movimiento ciudadano que late tras cada una de estas plataformas y entidades no perderá su identidad y trabajo. Es muy importante hacer las cosas bien, debemos ser capaces de diseñar los espacios adecuados para que todo el mundo tenga su sitio, que aquellos que quieran seguir trabajando en el movimiento ciudadano puedan hacerlo, y aquellos que quieran utilizar la herramienta política también. La herramienta política deberá apoyarse en la fortaleza del movimiento ciudadano, porque sin está sinergía no tendría ningún sentido para nosotros.

Cada una de las plataformas y entidades tiene la capacidad de llegar hasta dónde se proponga, sin perder nuestra unión y reivindicaciones, porque éstas no sólo son el motivo por el que nacimos, sino que son lo que nos mantiene vivos, activos y libres.

Una vez más seremos capaces, como siempre, paso a paso y en consenso, de decidir la forma en que todo esto se va a llevar a cabo, manteniendo las identidades y las reivindicaciones de cada territorio, al tiempo que propongamos políticas con el denominador común del equilibrio territorial y la lucha contra la despoblación. El fin sigue siendo el mismo que el primer día, y así lo seguirá siendo: lograr un país mejor, más igualitario, más equilibrado y más justo.

Antonio Saz. Coordinador de la España Vaciada