Durante las dos últimas décadas se han realizado importantes inversiones públicas en nuestros pueblos ligadas al desarrollo industrial y que pretendían conseguir la atracción de empresas. Esos fondos, gestionados individualmente por los municipios, supusieron una pugna por contar con excelentes servicios pero atomizaron la distribución de las empresas más importantes de nuestro entorno en diferentes lugares, impidiendo aprovechar sinergias importantes. Actualmente, el tráfico de trabajadores entre Alcañiz, Valderrobres, Caspe, La Puebla de Híjar, Andorra o Utrillas es constante. Cientos de personas transitan de un lugar a otro sin ningún tipo de problema para acudir a su centro de trabajo, alguien debería plantearse seriamente aglutinar en una asociación presidida por portavoces de todos los polígonos las oportunidades que los mismos ofrecen para evitar que se escapen oportunidades. El cierre de la central de Andorra ha vuelto a poner sobre la mesa la enorme cantidad de suelo industrial que tenemos sin ocupar hoy en día en todos nuestros pueblos. Y aún así, se sigue invirtiendo en mejoras de los polígonos. Puede suceder que una empresa no quiera instalarse en el polígono Las Horcas Alcañiz, sin embargo desconozca las oportunidades que les puede ofrecer el PEAN de Andorra o la Venta del Barro en La Puebla. Cada uno cuenta con infraestructuras diferentes y sinergias diversas.
Este, entre otros puntos relevantes, debería ser uno de los temas a tratar la semana que viene en la primera reunión convocada por el Ministerio de Transición para empezar a trabajar en Andorra la reindustrialización. Hay convocados agentes sociales supracomarcales y regionales que deberían empujar hacia el crecimiento de los pueblos afectados por el cierre directo de la Térmica, pero también esta cita debe servir para unir muchas voces que hasta ahora han estado inconexas y atomizadas. Solo la unidad y la capacidad de entender que el máximo reto es el interés general nos llevará a lograr una transición que tenga lógica y sepa rentabilizar al máximo la financiación pública que pueda venir ligada al cambio de modelo energético. Hoy en La COMARCA el presidente de la mancomunidad del polígono Venta del Barro reivindica su puesta en valor como centro logístico supracomarcal. Con un cargadero de tren, una conexión por carretera muy cercana a Zaragoza con proyecto de autovía, conducción de gas, fibra óptica y una capacidad de agua muy potente, se trata de un punto estratégico a tener muy en cuenta. Es hora de aunar esfuerzos y ejercer presión conjunta para la atracción de empresas, sea en el pueblo que sea, todos ganamos.
Editorial