El Bajo Aragón histórico siempre ha sido entendido como la zona que abarca el cultivo del olivar, especialmente la variedad empeltre. Nuestras comarcas se unen por esa frontera agrícola, a la que pertenecen las decenas de pueblos que integran la Denominación de Origen del Aceite del Bajo Aragón. El sector aceitero es uno de nuestros mayores potenciales, ligado al carácter abierto y mediterráneo de nuestras tierras aí como a una forma de ser en la que la agroindustria siempre ha sido el pilar de la economía. La construcción de regadíos, todavía pendiente de importantes inversiones, y la profesionalización del sector ha permitido que nuestros aceites se sitúen entre los más premiados a nivel internacional por su calidad y cualidades organolépticas. Sin embargo, el sector necesita todavía encontrar la forma en la que unirse y ser capaz de realizar una promoción conjunta que eleve al lugar que corresponde el aceite D.O. En esto deben ir de la mano productores, hosteleros e instituciones públicas. No puede permitirse que haya un solo establecimiento hostelero que no emplee y promocione nuestro aceite. La feria de Calaceite de hace dos semanas fue buena muestra de cómo se debe enfocar la promoción del producto, con catas en la calle, acercando el producto a los ciudadanos con una labor de marqueting que va mucho más allá del propio producto en sí vendido en garrafas como tradicionalmente se ha realizado. El nuevo turismo ligado a la sostenibilidad y al medio ambiente, así como el interés por la gastronomía gourmet, abren un importante abanico de posibilidades para atraer a viajeros interesados por el sector. Esta semana precisamente se ha dado a conocer una importante iniciativa turística que venía años demandándose y que pondrá en valor nuestros paisajes y productos. Se han creado doce oleo rutas turísticas dentro del proyecto «Pon Aragón en tu mesa» y fruto del trabajo realizado desde el proyecto piloto «Pasión por el Olivo». La iniciativa, respaldada por los Grupos de Acción Local Leader de Aragón, ha contado con la colaboración de los empresarios de Bajo Aragón, Mezquín, Matarraña, el CRDO Aceite del Bajo Aragón y con Omezyma. Los turistas serán guiados para probar, fotografiar y recorrer nuestros entornos más impresionantes, visitando campos, museos, cooperativas, antiguas almazaras y restaurantes con propuestas gastronómicas de calidad. Solo cabe aplaudir esta iniciativa ydifundirla a través de todos los medios posibles para que nuestra historia ligada al cultivo del olivar y la producción del aceite se conoza, siga creciendo de la mano de las nuevas generaciones, se abra a otros sectores como el turístico y nos sitúe en la vanguardia en la que debemos estar.

Editorial