Casi medio centenar de vinos se han presentado al concurso de la Indicación Geográfica Protegida Bajo Aragón cuyos premios se entregaron el 23 de abril, día del patrón de Aragón. La fecha elegida no es arbitraria, sino que ha sido escogida para dar visibilidad a la calidad de un sector que representa los valores de nuestra identidad. El trabajo que se realiza en los viñedos hunde sus raíces en nuestros campos, da vida a una agroindustria pujante sostenida por familias que están trabajando de forma eficaz por ganar en calidad y asentar el relevo generacional; fija población, y ha superado un difícil año de pandemia en el que la parálisis hostelera ha repercutido en las bodegas del territorio bajoaragonés. Los premios se celebran en el marco de la feria del vino de Cretas, cancelada por segundo año. Sin embargo, esta pequeña localidad del matarraña ha sabido mantener vivo el espíritu de su fiesta, hace unas semanas engalanando balcones y recordando sus ganas de volver a la normalidad; y el pasado viernes acogiendo estos galardones impulsados por la IGP, que han contado con enólogos nacionales e internacionales y recibieron a bodegueros de numerosas localidades para compartir un tiempo de convivencia necesario.

La IGP Bajo Aragón representa la realidad del Bajo Aragón histórico, tierra de frontera entre provincias y en la que se enmarcan 82 municipios. Su extensión hace que sea una de las zonas vitivinícolas más grandes de Aragón y destaca por su patrimonio histórico, cultural, paisajístico y gastronómico. Las variedades de la zona han permitido trabajar caldos de gran calidad cuyo potencial es importante. Urge un compromiso firme de la administración con infraestructuras para que las zonas de cultivo sean rentables, apoyo para la catalogación de este área geográfica como denominación así como iniciativas ligadas a la explotación turística de las bodegas que atraigan visitantes y permitan crear sinergias en este tipo de negocios. Algunas bodegas de hecho ya ofrecen este tipo de servicios. Los premios de este año se los se han repartido entre Bodega Cooperativa Ntra. Sra. Del Olivar (Lécera) con 4 premios, Cooperativa San Lorenzo de Maella, Dominio Maestrazgo y Bodegas Crial (Lledó) con 5 premios del concurso y destacando los lledonenses como el mejor vino de la IGP Bajo Aragón el vino Celtis Australis 2018, un blanco crianza hecho 100% con la variedad garnacha blanca. Felicidades. Estos premios son un espaldarazo para seguir avanzando y construir un territorio mejor.

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