Hoy vamos a profundizar de nuevo en las dificultades que encontramos todos, tanto los que empiezan como los que ya se piensan que saben, cuando operamos. En concreto nos vamos a centrar en cuatro, que son muy importantes.

El primer error, es el denominado «riqueza inmediata». Muchos son los que se acercan a los mercados imaginándose su vida en alguna isla paradisiaca, tumbados en la cubierta de un lujoso yate. Todo esto es causado por la publicidad engañosa que abunda sobre este tema en Internet. Desgraciadamente esto no es tan sencillo como lo venden. El invertir va más allá de elegir hacia dónde va ir el mercado (al alza o la baja), sino más bien va de decidir cuándo entrar, cuando salir y cuando estar fuera.

El segundo error, es buscar desesperadamente una estrategia, un indicador o un «algo» que acierte todas las entradas y salidas con un 100% de probabilidad. Conforme avanzas en el camino, te das cuenta de que esto no existe, y por mucho que busques y busques nunca lo encontraras. Pero te das cuenta de que no necesitas tanto porcentaje de aciertos para ser rentable, y todo es gracias a la gestión monetaria de la que luego hablamos. Ante esta tesitura, la única alternativa que queda, es elaborar una estrategia y convertirse en el mejor utilizándola, perfecciónala diariamente.

El tercer error es olvidarse de la importancia que tiene una buena planificación, ya no de entradas y salidas, sino de marcarse unas metas u objetivos a cumplir, basados en una correcta Gestión de Monetaria. Para empezar a entender la gestión monetaria, hay que plantearse diferentes escenarios que sucederán, para saber de antemano como debemos actuar. Por ejemplo, cuándo el mercado se pone en contra a nuestra estrategia, ¿Cuánto dejamos correr las perdidas? ¿qué porcentaje de pérdidas en de tu patrimonio destinado a la inversión hace que no duermas?. Estas y otras preguntas te ayudaran a saber si estas suficientemente preparado antes los diferentes escenarios que irán sucediendo.

Por último, el trabajar diariamente el control emocional, hará que la rentabilidad en las operaciones sea algo constante. El miedo que aparece a la hora de ejecutar una orden es muy común. Muchas veces un sistema está marcando una entrada pero el miedo a entrar, y la falta de confianza en el sistema evita que la ejecutes. Otra situación muy común es tratar de recuperarse tras algunas perdidas. Este intento por recuperar lo perdido, hace que se ingresen ordenes sin ningún fundamento, sin siquiera analizar el mercado, con la esperanza de tener un golpe de suerte y lo único que se obtiene es profundizar esas pérdidas. Trabajar estos cuatro errores comunes, marcará la diferencia.

Raúl Cirugeda Conejos – Caja Rural de Teruel