La Salud Pública, no confundir con la Sanidad Pública, se define como ciencia y arte de proteger la salud, prevenir la enfermedad, y promover la salud a través de los esfuerzos organizados de la sociedad. Incluye la vigilancia epidemiológica, la respuesta ante emergencias, la seguridad ambiental y alimentaria, la prevención primaria – vacunas- y secundaria -screening-… Su razón de ser es anticiparse y prevenir para mejorar la salud y calidad de vida de todos. En España dedicamos a tal fin el 1% del presupuesto total sanitario sistemáticamente. No hay una cultura preventiva y es muy difícil que surja, de pronto, cuando viene el lobo (primer problema).

Cuando, a finales de enero, la OMS declaró el brote de nuevo coronavirus una «Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional», recomendaba tener preparada una vigilancia activa, detección precoz, aislamiento y manejo de casos, y seguimiento de contactos con el objetivo de reducir la infección humana, prevenir la transmisión secundaria y la propagación internacional. El 12.02, el Ministerio de Sanidad determinó, en su Evaluación del Riesgo, que el riesgo para España era bajo. El día 24, ambos documentos están en la web del Ministerio, determinó que era moderado (ya había casos en Italia). En ambos documentos se comunicaba la creación de comités, reuniones de coordinación, y se enlazaba con distintos documentos técnicos elaborados por expertos.

Ahora sabemos que faltan medios, esos mismos medios que se recogen en los documentos técnicos como indispensables. Hemos sabido, también, que no se ha realizado la vigilancia activa (personas han entrado en España sin examen o cuarentena) ni la detección precoz (sólo se diagnosticaba por PCR si precisaban ingreso). Posibles portadores han seguido por ahí como posibles transmisores, sin detección no hay aislamiento de casos y seguimiento de contactos. Además, cuando la curva de casos subía, se permitieron concentraciones de personas en zonas de transmisión comunitaria. (2º problema)

No es de extrañar que la curva de muerte por Covid-19 ya es la más vertical de todas las que se han dado, incluidas China e Italia.

Frenar la curva depende de nosotros. No dejemos solos al personal sanitario, al personal de las residencias, a todas las personas que se arriesgan por servirnos. Sólo les quedamos nosotros. ¡Quedémonos en casa!

Luis Esteban – CIUDADANOS Calanda