Diría el ilustre aragonés impulsor del regeneracionismo, Joaquín Costa, que «Jamás habrá otra, ni más España, que la que salga de la cabeza de los españoles». Con esa idea, Moncloa ha organizado las jornadas España 2050, que van recorriendo numerosas ciudades españolas abordando los principales desafíos de futuro de nuestro país. Se eligió Teruel para abordar la despoblación en unas jornadas que comenzaron ayer y continuarán hoy reuniendo a expertos y altos cargos para abordar esta cuestión. Dos ministras, la de Justicia, Pilar Llop, y la de Reto Demográfico y Transición Justa, Teresa Ribera, visitaron ayer la capital del Turia en un despliegue político con pocos precedentes en el que estuvieron acompañadas por el Secretario General de Reto Demográfico, el presidente autonómico Javier Lambán, los dos presidentes provinciales, el rector de la Universidad de Zaragoza, así como diputados, senadores, agentes sociales y políticos de diverso rango. Más allá de que la provincia de Teruel sea el foco sobre el que pivota el abordaje de la despoblación, se aportaron pocas respuestas sobre cómo se va a integrar a la España Rural para que se vea representada en la toma de decisiones o cómo se van a lograr aterrizar los 10.000 millones que van a ir destinados a la despoblación. Era esperable, dado que prácticamente los diagnósticos están hechos y sólo falta comenzar a abordarlos.

Digitalización, vivienda, energía y servicios básicos ligados al Estado de Bienestar son claves. Se constató que en hay una enorme voluntad de los territorios de crecer, de permanecer, de retener talento y construir. Eso también lo sabíamos. Quienes residimos en el medio rural somos muy conscientes de que tenemos muchas ganas de seguir residiendo en nuestros municipios, progresar y aportar. Eso requiere soluciones de abajo hacia arriba, implica comenzar a inyectar esos fondos comprometidos pero que no se desbloquean, y supone contar con el territorio para integrarlo en los desafíos de futuro. Ayer no se respondió a las dos principales preguntas para Teresa Ribera: cómo se va a aplicar la reducción del 20% de los costes laborales a las empresas asentadas en Teruel, Cuenca y Soria; ni cuál es la fecha para la presentación del convenio de Transición Justa, que lleva pendiente tres años y que, en teoría, supone el trabajo «micro» que tiene en cuenta a un territorio que presentó más de 100 proyectos en un proceso de «participación» cuyo retraso nadie es capaz de explicar, ni siquiera en un foro de dos días enteros dedicado a la despoblación. Va a costar menos demoler entera la Central Térmica. Sí que debe ser tremendo el desafío. El presidente Lambán habló ayer de la despoblación como «mito» y «timo» porque en Teruel se vive muy bien y se ha invertido mucho, pese a quien quiere sacar «rédito político» del tema. Nadie duda de que esta es tierra de oportunidades. Muchas están por venir, cuanto antes, mejor.

Editorial.