Dicen que con los años nuestras prioridades van cambiando, y que según los tortazos que nos va pegando la vida nos vamos centrando en lo que de verdad importa. Que se lo digan si no a los ancianos que cada día que pasa valoran más la vida. Una vida que tal vez de adolescentes esos mismos ancianos arriesgaron sin motivo como si aquélla fuese eterna y ellos fueran inmortales.
A mí, que estoy en lo que se supone que es la edad media, en el sentido literal de la palabra, me ocurre que sigo con las mismas prioridades que tenía cuando era chico. Lo cual no quita para que las valore cada día más y cada día también, sienta un apego más grande a la vida y a la vida de quienes quiero. Sin embargo esas reflexiones más vitales, de vez en cuanto se ven enturbiadas por otras más puntuales, más debidas a la coyuntura de las personas que a la coyuntura de quien se supone que creó a esas personas. Y de cuando en cuando hay noticias que hacen saltar la alarma de la indignación.
Leía hace nada el testimonio de un profesor asociado de una universidad española. Mostraba su nómina mensual y decía textualmente «HOY HE COBRADO MI NÓMINA de #ProfesorAsociado: 386€. No cobro poco porque trabaje poco, sino xq el sueldo es de miseria, indigno en una universidad pública de calidad. Somos PDI «low cost» en #Precariedad Laboral. Así se infravalora al alumnado». La universidad en cuestión es la Universidad Autónoma de Madrid y el profesor, Luis Benítez de Lugo. Lo reproduzco porque está publicado.
Al margen de las habladurías y cotilleos no es el único caso en una situación semejante. En un conocido concurso de conocimientos otro profesor de universidad, en este caso de una facultad de Bellas Artes, decía que pese a amar su trabajo lo había abandonado dada su precariedad y lo exiguo de su sueldo, similar al citado más arriba, para centrarse de lleno en el concurso, en el que por cierto obtuvo un cuantioso bote junto a sus otros tres compañeros.
Sin embargo en el otro extremo tenemos a personajes como la nieta de una difunta folclórica que participa en un concurso que dura bastantes semanas y se emite en una conocida cadena privada. Contaban que su caché por participar estaba en torno a los 30.000 euros a la semana. Sin entrar en análisis personales o valoraciones de esta chica, los datos objetivos son que cursó estudios poco más allá de la ESO, con calificaciones raspaditas, y que sepamos, ni ha trabajado ni ha escrito, ni tiene patentes, ni ha montado negocios, ni ha investigado, ni ha hecho por el momento nada destacable de lo que se pueda beneficiar la sociedad. No digo que haga mal al aceptar esa oferta. Yo también lo haría en su lugar. Pero me parece muy triste que premiemos eso y castiguemos al que se esfuerza con mayúsculas.
¿Saben cuanto tiempo necesitaría el profesor asociado para sumar lo que esta joven sin preparación ni experiencia en ningún campo más allá de los focos de los «paparazzi» gana en una semana? Hagan la cuenta: unos seis años y medio si redondeamos. Seis años y medio, previo costeo de una carrera universitaria, tesis, viajes al extranjero, esfuerzos, desplazamientos, y sin hablar de los años de formación previos para acceder a ese puesto, los miles de horas de estudio, insomnio, privaciones, ausencia de vida social, presión y competencia, etc, etc, etc…
No obstante que los dioses me libren de atacar a quien no estudia en la Universidad. He conocido a gente infinitamente más inteligente y capaz fuera de ella que dentro. Pero no hablo de títulos, sino del esfuerzo que lleva a ellos, y el sueldo miserable al que llevan éstos en tantos y tantos casos. Por eso me chirria ver a los gerifaltes hablando de lo «peleones» que somos, lo fuertes que nos hacemos y la generación tan preparada que somos. En momentos como éste, de indignación tan profunda, sólo siento un vacío inmenso y desgarrador.
En fin, amigos. A pesar de esto, a pesar de todo, feliz semana, y a más ver.
Álvaro Clavero
antonio germán torres dice
Apreciado Alvaro Clavero:
Tiene mucha razón cuando la exposición de las realidades de nuestro país es tan frustrante. Fíjese que el caso de la nieta de una folklórica no es ni mucho menos lo mas sonrojante. Lo verdaderamente increible es que el pueblo llano aprecie más a esta nietísima que al profesor Luis Benitez de Lugo. Es vergonzoso que cobre 386 euros aunque no haga nada. Poner su titulo y su tiempo ya merece una cierta retribución. Una señora que hace tareas domesticas cobra 12 euros por hora, generalmente en negro, con lo que trabajando cinco horitas diarias puede recoger mensualmente al menos 1200 euros. Sería conveniente saber por qué le pagan a ese profesor 386 euros. Yo para saber algo más del personaje, he buscado información en la pagina web que este señor presento con su candidatura a las ultimas elecciones municipales. Creo que leer la pagina de este señor es muy interesante. Le recomiendo que la lea https://primariasmunicipales2019.podemos.info/candidaturas/luis-benitez-de-lugo-enrich/
Un cordial saludo