Ahora que ya es, casi, otoño, y comienza el curso escolar, sería el momento de estar planteándonos hacia dónde vamos. La pregunta que todos deberíamos hacernos, como ciudadanos, como trabajadores, como contribuyentes, como autónomos, como empresarios, es: con lo que me transmiten los poderes públicos, ¿puedo hacer planes, tomar decisiones y trabajar con la ilusión de mejorar mi futuro y el de los míos?

Las palabras del Gobierno «Vamos a acabar la legislatura», ¡si acaba de empezar!, denotan que no están seguros ni de sacar adelante unos presupuestos; el tono amenazante con que lo dicen algunos de sus miembros aún intranquiliza más. Sobre todo porque no han explicado ningún proyecto cuyo plazo de ejecución requiera tan siquiera de unos meses. Pero, para «ellos», lo importante es eso, conservar los cargos hasta el final de la legislatura y esperar que, gracias a la complacencia con el otro poder, este premie a los más incondicionales con suculentos puestos en algunos consejos de administración. Nihil novum sub sole.

Nuestra realidad, que nada tiene que ver con la suya, no puede mejorar si seguimos en la aceptación conformista de que la situación es la que es y nadie podría hacer otra cosa. Nuestro propio miedo nos empuja a engañarnos y a creer la versión oficial para mitigarlo y tranquilizarnos. Pero, ¿hacer… hacer?, casi nada…; mucha legislación sin apenas contenido y dotación presupuestaria y mucha declaración vacía que luego nos colocan con repetidos eslóganes; «no vamos a dejar a nadie atrás»- en su coche de lujo han arrancado los retrovisores – es un mantra sin medidas reales.

No se ha trabajado en la solución real de los problemas de los ciudadanos, ni siquiera había Comité Científico, sino en la propaganda, incluyendo la oposición a la oposición. El hecho de que haya muchos politólogos en el costoso equipo de Moncloa pero ningun científico en la toma de decisiones viene a demostrar el nulo interés del Gobierno en afrontar los problemas mientras puedan hacer creer que lo hacen y, lo más importante, haya tantos ciudadanos resignados que quieran creerlo, de espaldas a la realidad.

¡Despertemos!

Luis Esteban – CIUDADANOS Calanda