Por todos es conocido que las principales cuestiones que condicionan la actividad y la vida en Teruel son la despoblación, el envejecimiento y las infraestructuras.

En estas circunstancias hay dos líneas de actuación totalmente compatibles: La primera es trabajar porque la gente que vivimos en Teruel, lo hagamos lo mejor posible, con el peligro de que la inercia y el acomodamiento nos lleve a bajar los brazos.

Desde luego en Teruel ahora esto se está trabajando y creo que bien, porque es cierto que las Administraciones ya están concienciadas y ello nos permite contar con importantes recursos que están mejorando la calidad de vida del medio rural.

La segunda línea es actuar para intentar que la Provincia crezca en actividad y en población y para eso hay que seguir poniendo en marcha medidas y acciones que hagan que nuestro territorio sea atractivo para la inversión.

No debemos renunciar nunca a que la Provincia tenga las mejores condiciones posibles para el desarrollo de la actividad empresarial y esto significa resolver de una vez la cobertura de comunicación a través de la banda ancha, conseguir que el ferrocarril se adapte a los tiempos actuales y que el Bajo Aragón vea la A68 hasta el mar como una realidad.

Es clave la puesta en marcha de incentivos fiscales diferenciadores de los territorios cuya realidad no tiene nada que ver con la nuestra. No se puede tratar igual a lo que es desigual.

Las previstas ayudas para costes de funcionamiento de las empresas contempladas en los Presupuestos Generales del Estado, debe de ser un elemento clave para la actividad empresarial y para atraer inversión, dado que pueden tener un impacto estimado de entre el 4’5% y el 8% en la rentabilidad, confiando en que se apliquen cuanto antes y que puedan ser beneficiarias todas las empresas.

Es preciso desinflar la burocracia y generar una normativa específica para estos territorios rurales que facilite poner en marcha y ejercer una actividad en el medio rural. Se trata de apelar más al objetivo y a la necesidad que al papeleo. Estarán de acuerdo en que no puede tener los mismos condicionantes un bar en un pueblo de 80 habitantes que el que se abra en una gran ciudad.

Hay que favorecer al máximo el emprendimiento en el medio rural y puedo poner dos ejemplos
El primero son nuestros Multiservicios Rurales, a través de los cuales acercamos servicios de primera necesidad a municipios donde la actividad privada ya no alcanza el umbral mínimo de rentabilidad. Estos centros necesitan de apoyo e impulsos y en esta tarea estamos continuamente involucrados. Han permitido crear más de 90 empleos, especialmente femeninos.

El segundo es la industria agroalimentaria, que junto con el turismo son los dos pilares en los que todos los expertos consideran que debe de apoyarse el desarrollo de Teruel. Esta industria está muy diseminada por el territorio, contribuyendo así de forma determinante al arraigo de la población, pero necesita progresar en su proceso de internacionalización, idea ya expuesta para líneas FITE.

Estas son algunas de mis recetas para que la Provincia de Teruel siga siendo una tierra de oportunidades.

Santiago Ligros. Coordinador del Consejo Aragonés de Cámaras y Secretario General Cámara de Comercio de Teruel