El Bajo Aragón Histórico ha vivido su segunda Semana Santa en estado de alarma y, aunque este año el riesgo de transmisión era mayor puesto que la movilidad estaba permitida, los pueblos de la Ruta han dado la talla. Al margen de actos prinicpales como las rompidas de la Hora -en los que los vecinos tocaron en sus puertas, balcones y terrazas- los tambores y bombos no han salido de las viviendas. Se han escuchado redobles por las calles pero siempre invisibles, respetuosos y responsables con las recomendaciones y solicitudes tanto de los ayuntamientos como de la propia Ruta. Pese a que no ha habido aglomeraciones en torno a tambores y bombos, los pueblos se han llenado de segundos residentes aragoneses y las casas se han abierto casi del mismo modo que en la añorada Semana Santa de 2019 e incluso más, ante la imposibilidad de salir de la Comunidad Autónoma y pasar el fin de semana, por ejemplo, en la costa.

Los municipios de la Ruta del Tambor y el Bombo han aprovechado para dar a conocer su patrimonio promoviendo visitas guiadas, exposiciones, documentales y diferentes propuestas que han animado, sobre todo, a los vecinos de la zona. Pero la ocupación turística apenas ha superado el 50% en las pernoctaciones en el Bajo Aragón; una cifra que preocupa puesto que la Semana Santa es tradicionalmente uno de los puentes en los que se cuelga el cartel de completo en la comarca bajoaragonesa. Ocurre lo mismo en las casas rurales o apartamentos turísticos de la zona de la Ruta del Tambor y Bombo, afectadas en este momento por la prohibición de reuniones de no convivientes.
Por contra, la hostelería, el comercio y el turismo activo han trabajado muy bien, atendiendo a los visitantes principalmente de la provincia de Zaragoza que han pasado el día en el territorio; sobre todo en las comarcas del Matarraña y el Maestrazgo. Queda celebrar que el comportamiento de los bajoaragoneses ha rozado la ejemplaridad, con una treintena de propuestas de sanciones este puente en el que no han faltado las fiestas ilegales. También con responsabilidad y cumpliendo escrupulosamente las restricciones han trabajado estos días en el sector turístico, algo que han valorado muy positivamente nuestros vecinos zaragozanos. Era lo que estaba en nuestra mano, dar una imagen responsable y seria a aquellos aragoneses que se han animado a visitarnos, y hemos aprobado con nota.

Editorial