Siempre he pensado que el refranero es un buen lugar donde buscar buena información. Almacena conocimientos adquiridos y transmitidos por muchas generaciones, que para muchos aspectos de la vida, van como anillo al dedo. Uno de estos aspectos, podría ser el mundo de las inversiones, y creo que uno de los refranes que mejor le vendría, sería el siguiente: «el camino al infierno está empedrado con buenas intenciones».

No conozco a nadie que comience cualquiera de sus inversiones con el objetivo de perder capital. De hecho, se puede decir, que es la intención exactamente contraría, con la que uno se introduce, en este apasionante y duro mundo. Cuando comenzamos, nadie nos avisa que las tácticas y rutinas que usamos en nuestra vida diaria para conseguir nuestras metas, en los mercados financieros no funcionan. Alguien me dijo una vez, que la intención de ganar dinero, normalmente es una de las principales causas que nos hacen perderlo. No significa que no tengamos que tener la intención de rentar nuestras inversiones, pero si que es verdad que ese objetivo, es uno entre muchos otros, que tenemos que ir alcanzando antes de conseguir ser rentables.

Ser positivo, tenaz, o ser testarudo y tozudo, son cualidades que en otras áreas de la vida, sirven para tener éxito, pero estas mismas cualidades, pueden hacer que los mercados nos hagan sufrir, ya que pueden hacer que nos aferremos obstinadamente a posiciones perdedoras.

Hay que ser positivo cuando realizamos nuestras inversiones, pero esto no nos debe de hacer olvidar que lo que tenemos que hacer, es cuidar los beneficios cuando estos aparecen y no pensar que somos unos fracasados, cuando no conseguimos buenas operaciones.

La norma dice, que cuando empezamos a ganar, nos consideramos buenos inversores, capaces de ganar siempre al mercado, y que los días en los que perdemos nos consideramos unos fracasados y que ya no seremos capaces de volver a ganar. Esta forma de pensar, viene de nuestra rutina social, en la que solo los que sacan sobresalientes pueden ser triunfadores y los que sacan suspensos nunca llegaran a nada en la vida. Por lo tanto relacionamos que ganar o perder dinero, va de triunfadores constantes y fracasados continuos.

Lo que debemos de conseguir, es reprogramar nuestra forma de pensar, y entender, que hay días y momentos de mercado que seremos alumnos de sobresalientes y otros que seremos los que suspenden. Pero lo importante no será el título de alumno que tengamos, si no la nota media que seamos capaces de alcanzar.

Raúl Cirugeda Conejos – Caja Rural de Teruel