No existe justificación alguna ante las lamentables imágenes de aglomeraciones de personas que se han difundido a lo largo del fin de semana en todo el país y también en la capital bajoaragonesa; donde la Policía Local y la Guardia Civil tuvieron que disuadir grupos de más de seis personas, la mayoría sin mascarilla, en varios emplazamientos de la localidad el sábado. En plena pandemia y teniendo en cuenta la situación prácticamente al límite que está viviendo el sector de la hostelería y el turismo, comportamientos irresponsables e inaceptables sólo consiguen condenar más a los hosteleros que intentan salir adelante en estos momentos, asumiendo inversiones en terrazas y espacios al aire libre y tratando de diversificar su actividad para no tener que cerrar sus persianas para siempre. Defienden que en sus establecimientos se cumplen todas las medidas de seguridad y que son ellos quienes garantizan que haya distancias, que los clientes se laven las manos y que usen la mascarilla. De hecho, aluden a que sólo el 3,5% de los contagios se dan en bares y restaurantes. La lucha por sobrevivir del sector se vio claramente representada en Caspe el viernes, cuando 300 personas salieron a la calle para defender su actividad y exigir que no se «improvise» con medidas que, por otra parte, no atienden a la realidad sanitaria de los diferentes territorios que conforman Aragón.

Los comportamientos irresponsables por parte de la ciudadanía en terrazas y zonas de ocio – en algunos casos permitidos por los propios hosteleros- lo único que consiguen es echar por tierra el trabajo de la gran mayoría, esos que cumplen a rajatabla con los protocolos y las condiciones de trabajo que exige la alerta 3 y que han propiciado que organizaciones como la del Mundial de Turismos haya decidido permanecer en la zona para terminar la competición el próximo 15 de noviembre. La hostelería bajoaragonesa ofrece seguridad y confianza a los clientes, y eso ha quedado demostrado en las citas mundialísticas que han tenido lugar en Motorland este otoño. Hasta cinco competiciones de nivel internacional -incluidos dos Grandes Premios de MotoGP- en plena pandemia.

Confiemos en que los avisos de las fuerzas y cuerpos de seguridad a lo largo de este puente hayan servido para concienciar a los infractores. No obstante, las multas económicas propiciarían el cumplimiento de las medidas. Serían la solución inmediata ante tanto despropósito.

Editorial