Parece una pregunta que tiene una respuesta sencilla, pero a la mayoría de las personas nos cuesta mucho responderla profundamente, porque la respuesta típica es: «ganar mucho». Pero lo qué significa eso, y cómo lo alcanzas sin tener una consistencia en tus operaciones, sin tener en cuentael esfuerzo que tendrás que poner de tu parte y las dificultades que encontraras… es a partir de ahí cuando comienzan las dudas.

Hace unos días leí una entrevista que se hizo hace unos 20 años a un futbolista que ya mostraba maneras de entrenador. Este jugador decía que:»El jugador debe jugar a lo que sabe jugar, hay que ayudarle a que vea en lo que es bueno y lo aplique, porque eso le hará creer que es muy bueno y podrá trascender en cualquier sitio que juegue; y eso es lo que busco conmigo mismo y cuándo sea entrenador».

Este mensaje que transmitió Diego Pablo Simeone, se resume, en que primero debes saber en qué eres bueno y a partir de ahí traza tus objetivos, planes, deseos, etc.

Por eso cuesta tanto responder a la pregunta de qué quieres para tu vida financiera, porque después de decir lo que dice la mayoría, viene lo qué significa eso, es decir, desmenuzarlo y descifrarlo bien, para pasar luego al cómo lo haré.

Para alcanzar esa consistencia ganadora que se transforme en el «ganar mucho», debes de tener claro los siguientes puntos.

Es fundamental e imprescindible saber que recursos internos tienes, es decir, en que mercados te mueves mejor y donde te encuentras más a gusto operando, porque aquí está la clave para rendir al máximo.

Evitar comparaciones con los demás. Cada uno se maneja mejor en una faceta operacional, no todos reaccionamos igual a la hora de comprar, de vender, de poner un stop loss, de aceptar unas pérdidas o de cortar unas ganancias. Hay que buscar tu propio punto de brillantez sin comparaciones, y con ansias de mejorar.

Conocer tus miedos, límites y ¡enfrentarlos!, darles la espalda no te servirá de nada, al contrario, te hará más temeroso y por ende, más vulnerable. Tienes que mejorar en aquellas facetas de la gestión monetaria que se te dé peor. Tener miedo y reconocértelo, no es signo de debilidad sino de fortaleza, porque esto te permitirá enfrentarlo y cuando alguien desafía al miedo, consigue un doble efecto: por un lado se hace más fuerte y por el otro rompe con algún límite propio.

Con esta hoja de ruta, tu mayor fortaleza, te servirá para crecer en otros aspectos de tu operativa que necesitan ser mejorados.

Raúl Cirugeda Conejos – Caja Rural de Teruel