Qué atrevida tiene que ser una culebra para terminar escondida en un water. Y qué difícil es su existencia. La encontraron en Ariño, en el cuarto de baño de una vivienda, y los bomberos acudieron al rescate. Siempre hay buena gente para apoyar las causas nobles, incluso las que afectan a la fauna rural. Me sucede algo curioso a veces cuando escribo sobre serpientes. La asociación de ideas me lleva de forma recurrente a esa frase mitica ya de Javier Lambán en referencia indirecta a Teruel Existe cuando dijo: «exisistir es fácil y está al alcance de todo ser, de Groenlandia o de Nueva York, de los elefantes, las serpientes, los perros y las personas, pero, además, la provincia de Teruel funciona y debe estar orgullosa de hacerlo bien». Esto fue en noviembre de 2019 el día en que se anunció una inversión de 2.400 millones en energías renovables en cuatro años para Teruel, 450 empleos estables, así como una planta de pellet más grande de España en Andorra con 60 puestos de trabajo. Y aquí seguimos, con una existencia nada sencilla la verdad. Orgullosos de lo bien hecho también, siempre al lado de los que suman.

Miren si ha llovido, tanto que las serpientes salen hasta por los wáteres. Sería por el tormentón del martes que la pobre culebrilla buscó nuevos espacios. Ese día Teruel Existe también desató una buena tempestad anunciando que concurrirá a las autonómicas y municipales. Hubo rayos, truenos y centellas. Temblores como los de los dueños que encontraron a esa culebrilla en su baño, ocupando el espacio más íntimo, propio y reservado de cualquier hogar. Podrían haberle tirado una piedra en la cabeza a la pobre y echarla por el mismo water por el que probablemente apareció. El miedo nos lleva a hacer cosas terribles ante las amenazas. Uno nunca sabe bien si tiene delante una víbora hasta que no está bien cerca. Decidieron llamar a los bomberos y llevarla a su espacio natural, el hábitat ligado al territorio. Quién sabe si el día de mañana se comerá algunas de las peores ratas.

Coexistir es una de mis palabras favoritas. Y no es lo mismo hacerlo en Groenlandia, en Nueva York o en Teruel, eso está claro. En política el problema es que la ley D´Hont juega malas pasadas y no caben todos. Ya nos gustaría tener ese debate de falta de espacio en muchos municipios que trabajan sin descanso por asentar población. Fíjense que es noticia que varios pueblos cuentan con la inmunidad de grupo porque solo tienen habitantes mayores. Y eso sucede en Teruel, pero también en otras muchas provincias donde también hay serpientes y águilas culebreras. Hay ochocientas mil especies de culebras y resulta que tienen carácter colonizador. De hecho, causan tal temor que el Gobierno aprobó un decreto para prohibir su introducción, suelta o cría en lugares donde no hay serpientes de forma natural.

En Ariño, el bicho apareció en la «segunda residencia» de unos catalanes que llevaban días sin ir. Tenemos muchas viviendas cerradas en nuestro medio rural y las culebras lo saben. Ojo…seguimos en alerta amarilla en varias comarcas por tormentas intensas.

Eva Defior. Sexto Sentido