Hace tiempo que en otros países funciona el teletrabajo, es esencial para una conciliación familiar obligada, para la competitividad de las empresas y fundamental para la repoblación, es decir, para poder vivir realmente dónde quieres. En España siempre se ha apostado por el presencialismo y muchas empresas, aunque sabían que algunos puestos permitían trabajo a distancia, no querían aceptarlo para no abrir «la caja de Pandora» con todo el personal de la empresa. Eso sí, ha sido necesaria una pandemia mundial para que al final la situación cayera por su propio peso y el teletrabajo sea posible en muchos más puestos de trabajo de los que se pensaba.

¡Sí, el teletrabajo funciona!, pero nos estamos olvidando de lo esencial, para que funcione deben existir infraestructuras que lo permitan, la desconexión impide el teletrabajo y esta es la evidencia de las carencias en gran parte de nuestro territorio, sobre todo en muchos de nuestros pueblos, porque realmente no eres consciente de la necesidad de las telecomunicaciones hasta que no descubres que son indispensables en el día a día, no solo personal, sino profesionalmente.

¡Sí, esta pandemia nos ha dejado en evidencia también el pésimo servicio de Internet que tenemos en la España Vaciada! Tengo infinitos casos para contar, desde profesores que tienen que hacer videoconferencias y mandar deberes en su coche en la puerta del ayuntamiento del pueblo, porque no tienen cobertura en su casa, familias que no han podido ver en meses a sus seres queridos, porque no tenían suficiente señal para una videoconferencia o una llamada de teléfono sin cortes, trabajadores que tienen que desplazarse al pueblo de al lado porque tienen una reunión importante y no hay cobertura ni Internet en el pueblo, empresas que tienen que cambiar su domicilio o incluso pensar en marcharse de España, porque necesitan una conexión de calidad que nunca llega, ayuntamientos y consultorios médicos que no pueden tramitar documentación electrónica o recetas de un paciente o incluso el aeropuerto no puede emitir señal meteorológica porque se ha caído la red, es decir, un largo etcétera…

¡Sí, lo he vivido en primera persona y es la realidad que os quiero mostrar! En los pueblos siempre hemos vivido un paso por detrás en cuestión de telecomunicaciones, recuerdo que siempre venían mis primos y hablaban de series de televisión de canales que ni siquiera sabíamos que existían, porque ver TVE1 era una maravilla y la 2 ya fue casi un regalo, cuando pudimos ver el resto de canales en las ciudades ya estaban aburridos de verlos. Luego llegó la cobertura del móvil, durante años no teníamos nada de cobertura, todavía recuerdo la cantidad de gente que subíamos al castillo o salíamos a las afueras del pueblo para lograr recibir mensajes o poder hacer una llamada desde el móvil, ya bien entrado el siglo XXI el Ayuntamiento de Bueña pagó una antena para tener cobertura con una única compañía y hasta hoy, porque si no eres de esa compañía o afiliados estarás incomunicado… Pero el problema no se acaba ahí, en 2020 Internet está en nuestras vidas para TODO, contamos que la cobertura móvil no llega a nuestros pueblos hasta entrado el siglo XXI, ¿qué pasa con Internet? la respuesta es muy sencilla, como dicen en Aragón «tenemos, pero a raticos». Las videoconferencias las tenemos que hacer con el video apagado y deseando que no haya tormenta para que no caiga la señal y dando gracias, porque te vas al pueblo de al lado y no tienes nada de señal. Entonces, cuando escuchas hablar de 600Mb de velocidad, 5G, fibra óptica, etc. te das cuenta que están hablando de mundos separados por un gran abismo que se llama BRECHA DIGITAL.

¡Sí, vivimos en el pueblo, que se le va a hacer! Cuando sólo te afecta a nivel personal parece que le restas importancia y te resignas, acabas contratando esa compañía y parece que vas funcionando, pero cuando ya lo necesitas por trabajo se comienza a complicar el tema, porque en mi caso en el Senado el convenio que existe es con otra compañía diferente a la que tiene cobertura en mi pueblo, al igual que le sucede a Tomás Guitarte en Cutanda, el teléfono del trabajo no vamos a poder usarlo cuando estemos en nuestras casas y como tienes que estar disponible casi las 24 horas del día, acabas usando tu teléfono particular para lo personal y para el trabajo.

¡Sí, de qué sirve el teletrabajo si no tengo conexión para llevarlo a cabo! Cuando escuchas que se van a dotar de ordenadores, de módems de conexión 4G, de planes PEBA y un montón de promesas, pero pasan los años y aquí sigue todo igual. Te preguntas qué es lo que no está funcionando, qué más evidencias tenemos que aportar para demostrar que hay desequilibrios territoriales evidentes y que es necesario cortarlos de raíz.

¡Sí, estamos trabajando en ello! Cuando tienes el problema tan evidente e influye en tu trabajo cada día, decides indagar en la materia y descubres que, en gran parte del medio rural sólo están implantando wimax (o cobertura por radio) siendo una tecnología que está obsoleta tecnológicamente desde hace años, también te puedes encontrar con que la fibra ha llegado a la escuela, o que a unos kilómetros pasa la fibra oscura que podría dar conexión, pero no se distribuye porque es muy costoso para la poca cantidad de clientes. Cuando la realidad es que muchas personas estarían interesados en teletrabajar desde el pueblo, pero si vienen, comprueban la mala conexión que hay en realidad, optan por no volver y seguimos vaciando cada vez más nuestros pueblos y perdiendo oportunidades para repoblarlos, porque los que quieren quedarse desisten ya que no tienen los mismos servicios que en las ciudades. Como anécdota, un adolescente de una ciudad grande con el que colaboré para realizar su trabajo de fin de curso, después de la entrevista por videoconferencia me dijo: ¿Cómo puedes vivir sin Internet? ¡Por que para mi es impensable y no podría vivir ahí!

¡Sí, Internet es un servicio esencial! Está claro que en el siglo XIX llegó la luz eléctrica para todos, en el siglo XX fue el agua corriente en cada casa y en el siglo XXI Internet y las telecomunicaciones son un bien básico esencial para todo el territorio, pero teniendo en cuenta que casi en los 90 del siglo pasado muchas casas de algunos pueblos aún no tenían agua corriente,¿cuánto tenemos que esperar a ser los últimos en tener una conexión de Internet digna? ¿seguirán dejando para el final los pueblos pequeños porque somos pocos?. No, gracias al trabajo de Teruel Existe en el Congreso y el Senado, se ha conseguido avanzar para que por fín se considere una prioridad eliminar la brecha digital en el medio rural. La Agrupación de electores comenzamos pidiendo en el Acuerdo de investidura un mínimo de 30 Mbps simétricos en las zonas rurales, y posteriormente hemos conseguido que el Gobierno trabaje para la plena conectividad de banda ancha de alta velocidad a 100 Mbs; así lo refleja la recién aprobada Agenda 2030 con dos plazos concretos, uno primero en el 2022 y otro en el 2025 llegando al 100% del territorio. Es prioritario cumplir los plazos y agilizarlos todo lo posible, porque el teletrabajo es la gran oportunidad para repoblar y no podemos permitirnos perder el último tren para sobrevivir.

¡Es necesaria una implantación de conexión última generación y de calidad independientemente del lugar en el que te encuentres, porque ser pocos no resta derechos y se acabó ser los olvidados de este país!

Beatriz Martín Larred – Senadora de la Agrupación de electores de Teruel Existe