Siete meses después del inicio del estado de alarma, cuando se suprimieron frecuencias de trenes y autobuses, el medio rural bajoaragonés sigue sufriendo unos recortes que son injustificados. Varios municipios han denunciado el recorte de la mitad de los horarios del tren Barcelona-Zaragoza. Varios ayuntamientos han trasladado a Adif su malestar, se han recogido hasta ahora más de 5.000 firmas y en el Senado se aprobó la semana pasada con el apoyo de todos los grupos políticos salvo el PSOE retomar y mejorar estas frecuencias, claves para el desarrollo del medio rural aragonés. Esta línea venía ya muy mermada, con recortes importantes de personal en todas las estaciones, con las expendedoras de tiques averiadas y sin revisores. La falta de este control de pasajeros solo ha hecho que redundar en que las cifras sobre la demanda de los trayectos no sea ajustada a la realidad, encontrando así Renfe una justificación incorrecta sobre la falta de usuarios de este tren. Urge la implicación institucional para que esta línea de tren no muera. Es la única que nos queda y todos debemos implicarnos en su sostenimiento, dado que es clave para la vertebración territorial, la calidad de vida de los municipios y el asentamiento de población.
En los mismos términos puede hablarse del importante recorte en las frecuencias más empleadas de las líneas de autobús que unen los pueblos de las comarcas del Bajo Aragón, Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín con Zaragoza y Alcañiz. Se redujeron durante el estado de alarma y a día de hoy siguen sin reponerse, lo que ha supuesto un importante daño para los usuarios. A raíz de la denuncia publicada hace dos semanas por este medio y la presión ejercida por responsables políticos locales y presidentes comarcales, DGA se ha comprometido a reponer en su totalidad las líneas. Los tres presidentes comarcales se reunieron ayer con la Dirección General de Transporte para pedir una explicación al respecto. Muchas de las personas que viven en nuestro territorio dependen de este medio de transporte tanto para visitas médicas, como para gestiones en días laborales, o para desplazarse a estudiar a Zaragoza en el caso de los más jóvenes. Cabe esperar que estas líneas se repongan de inmediato, pero sobre todo, que se realice una reflexión sincera por parte de nuestras administraciones cuando reivindican la necesidad de iniciativas y planes contra la despoblación. No se puede pretender trazar nuevas estrategias para mantener la población de nuestros municipios mientras se recortan servicios básicos que ya de por sí son muy precarios desde hace años; y la calidad en el transporte público es uno de los principales.

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