Cada mañana, desde hace ya tres semanas, contengo la respiración antes de consultar los datos de contagios por covid en nuestra zona de salud. Esa sensación asfixiante no cesa desde los días posteriores a Reyes. Sumamos cifras, sumamos causas, sumamos consecuencias. Sumamos camas de hospital, sumamos restricciones, sumamos nervios. Sumamos miedo, sumamos presiones, sumamos incertidumbre.

¿El covid nos ha hecho mejores o peores? ¿Somos más solidarios o el cansancio ha sacado nuestro egoísmo? No hay culpables ni responsables únicos a estas alturas en ciudades como Alcañiz, donde la incidencia acumulada en los últimos 14 días no baja de 1.400 casos por 100.000 habitantes.

El domingo se cumplirá un mes ya de la Nochevieja y muy pocos pueden decir que han estado aislados de personas ajenas a su núcleo familiar. La vida sigue y nos están permitiendo seguirla. Cada uno ya sabe lo que tiene que hacer. Lo permitan o no, estar sin mascarilla un minuto con personas ajenas al núcleo conviviente en medio de este descontrol no es responsable. Así de simple. Ya no estamos en el momento de la culpabilidad, sino en el de las soluciones. ¿Se tendrá que prohibir todo a la fuerza? ¿Tendrá la Guardia Civil que patrullar las calles sin descanso? ¿Se cancelará la fiesta local del Choricer por miedo a lo que ocurra en los masicos? De poco sirven las medidas adoptadas, que son bastante flexibles, si cada uno no suma las propias.

Sumar es la única forma de avanzar, sumar pasos, sumar ideas, sumar compromisos, sumar generosidad, sumar con el resto.

Estos días se duda del procedimiento de los sanitarios para vacunar cuando la mayoría está haciendo un trabajo ejemplar y agotador por los demás…¡desde hace diez meses ya!. Son solo unos pocos los que intoxican. Hay que ponerse al lado de quienes suman. Estos días se critica a los bares que incumplen, pero la mayoría son escrupulosos. Hay que situarse con ellos, arroparles. Estos días se critica a las pequeñas empresas que se sienten perdidas, aturdidas, abatidas, y no saben ni cómo abordar la situación. Muchas están sacando fuerzas de flaqueza para ampliar horarios, realizar envíos, incluso algunas abren en jornada continua. Hay que ir a animarles a seguir así, aplaudirles. Estos días se critica incluso la presencialidad en centros educativos, cuando lo que están haciendo, sin apenas recursos y orientación, es casi un milagro. ¡Seguid! Estos días se critica a las autoridades por no tener más mano dura, y cuando la hubo, no lo olvidemos, la calle se llenó de pancartas y caceroladas. Hay que estar con quienes suman, tanto si llevan cazuelas como si buscan modificaciones presupuestarias para hacer llegar ayudas. Hay que sumar. Estos días se critica a los medios que informamos con perseverancia, que hacemos el pino para contrastar bulos, falsas alarmas y hacer un llamamiento a la responsabilidad. Hay quien lo entiende y aporta, y quien simplemente te cuelga el teléfono. Me quedo con los que escuchan, reflexionan y se comprometen. A mi misma se me llevan los demonios mil veces al día cuando discrepo de las medidas sanitarias, cuando veo a personas incumpliendo, cuando se detectan nuevos brotes, cuando constato la falta de vacunas, cuando creo que podríamos hacer más y más. No voy a encerrarme ahí, ni a retroalimentarme en ese veneno. Hay que aportar luz. Todos somos egoístas… y generosos. Hay dos caminos, cada uno escoge. Cierro los ojos y pienso en todas las personas que sí están sumando. Son muchísimas. Y me uno a ellas. Vienen semanas difíciles. Sumemos juntos. #AlcañizUnida

Eva Defior