La concesión en noviembre de ese reconocimiento por parte de la UNESCO, fue un nuevo empujón a todo el trabajo que se lleva haciendo desde la Ruta del Tambor y Bombo, para aumentar la dimensión de este reto colectivo que 9 pueblos llevamos adelante, unidos desde hace décadas, esta vez también con pueblos hermanos del Consorcio Nacional del Tambor.
No hace mucho que se consiguió la Declaración de Interés Turístico Internacional y son un continuo goteo los premios recibidos en el ámbito provincial y autonómico. La consecución del museo sede permanente ha sido un enorme reto conseguido. Por todo ello, es momento de agradecer el esfuerzo de tantísima gente para que la Ruta del Tambor y Bombo sea un referente y una marca fundamental de la que presumir en nuestro territorio.

Han pasado presidentes, vocales, concejales, alcaldes, voluntarios, patrocinadores, tocadores y colaboradores, dando como resultado lo que hoy conocemos. La armonía entre los pueblos es fundamental, llegando a sentir como una sola cosa y valorando nuestras diferencias, pero siempre estimulando el saber trabajar juntos, porque sumamos para multiplicar.

Tras nueve años, se despide exitosamente de la Presidencia, Segundo Bordonaba, que ha contado con valiosos colaboradores en su etapa, en los últimos años de manera muy especial, Antonio Moragriega, que ha dado un sello muy especial y un estilo fundamental para que los nueve pueblos nos sintiéramos una piña, pero a la vez, especiales en nuestras señas de identidad.

Este equipo da paso a nuevas personas, que deberán dar un paso adelante y tomar los mandos de la institución, gente que está preparada y hará con maestría su labor y mantendrá el sentir de este colectivo unido por el tambor y el bombo, impulsado por un solo corazón, con sangre negra, morada y azul.

¡ Larga vida a la RUTA !