«Veinte años no es nada» cantaba Carlos Gardel. Y esta canción parece el tema de cabecera del ministro de Agricultura, Luis Planas.

Veinte años son dos décadas en las que la agricultura ha experimentado grandes cambios y variaciones como toda la sociedad. ¿Qué sentido tiene entonces aplicar políticas de hace veinte años a la situación actual? ¿Están igual hoy los mercados que hace veinte años? ¿Se produce lo mismo que entonces?

La próxima reforma de la PAC tiene que ser una reforma y no más de lo mismo vestido de otra manera. No podemos ni debemos consentir que, mientras se nos dice que será profunda y social, se quiera seguir manteniendo unos derechos históricos en base a producciones de hace veinte años.

No podemos ni debemos consentir que, mientras en la definición de agricultor genuino se abre la puerta a todas las personas que tienen la agricultura como segunda y tercera actividad, se deje fuera a profesionales que estamos sometidos a las dictaduras de los mercados. Y en este caso, hablo de los que nos dedicamos al sector de frutas y hortalizas, a los que poco tiempo nos queda para tener otra actividad. Fijamos población, generamos empleo, y muchas veces ocupamos territorio que no es apto para otros cultivos.

La reforma tiene que ser profunda y social, señor ministro. Y no una fachada para que todo siga igual. Tiene que priorizar a las personas que realmente vivimos de esto, las que no tenemos otros ingresos para mantener a nuestra familia, las que nos jugamos el 100% en nuestra explotación, y a los que realmente nos afecta una catástrofe climática o de mercados. Cualquiera puede ser productor de alimentos pero no cualquiera debería ser agricultor o ganadero, como no cualquiera es albañil, taxista, conductor, funcionario, o incluso ministro.

Valentía, señor ministro, valentía. No es tan difícil identificar a un agricultor o a un ganadero, solo hay que mirar las manos y la cara para reconocer esas pieles curtidas por el sol. Mírenos a la cara y díganos que nos deja fuera, otra vez, a todos los profesionales de la fruticultura. No se escude en más definiciones erróneas. Veinte años es mucho tiempo, señor Planas. No queremos «Volver» a lo de siempre, queremos tener futuro en el campo y vivir en nuestros pueblos.

Oscar Joven Lapeña. Fruticultor y Responsable comarcal de UAGA en Calatayud