Se acerca marzo y eso nos recuerda que tenemos que recuperar la Memoria Democrática. España vivió una anomalía histórica, dentro de la Europa Occidental, durante los 40 años en los que Franco impuso su dictadura tras la victoria en la Guerra Civil que obtuvo gracias a la ayuda del nazismo alemán y al fascismo italiano. Esta larga dictadura permitió al franquismo «clavar los dientes hasta el alma» (como dijo el mismo Franco) en la sociedad española y modelar la mentalidad de varias generaciones mediante la imposición del nacionalcatolicismo, la censura de los medios de comunicación y el control total de la cultura y la educación.

Debido a esto, la normalización democrática que se produjo en Europa Occidental tras la derrota del fascismo en 1945, no se produjo en España y se consolidaron monumentos, mentalidades y simbología que tras 40 años de democracia está costando «sudor y lágrimas» eliminarlas de la faz de este país. Como ejemplo más reciente es el revuelo y reticencias que se produjeron con la exhumación del dictador del mausoleo que tenía en la Basílica del Valle de los Caídos. Hecho que debió producirse hace muchos años pero que no fue hasta 2019 cuando se le quitó al dictador los honores de presidir el monumento del valle de Cuelgamuros.

En Alcañiz pasó algo parecido, con el ocultamiento del bombardeo genocida que se produjo el 3 de marzo de 1938 y que gracias al trabajo del historiador José María Maldonado, pudo ver la luz este dramático suceso que el régimen ocultó hasta el final de sus días. Sin embargo en Alcañiz, como en muchas otras localidades en España, queda mucho trabajo para eliminar y resignificar elementos y simbología franquista.

Queda mucho por hacer, lo veníamos proponiendo a través de mociones la pasada legislatura. En primer lugar que la placa que se colocó en la entrada de Atrivm en recuerdo a los alcañizanos deportados al campo de exterminio de Mauthausen, y que actualmente está desaparecida, se recoloque en el atrio del Ayuntamiento tal y como ocurre con todas las placas antifascistas que se colocaron en Italia tras la liberación en sus respectivos ayuntamientos. En segundo lugar la retirada o resignificación, en su caso, del monumento a los combatientes italianos existente en el Cementerio de Alcañiz. También, resignificar el monolito existente en la Val de Hueso conmemorativo del lugar donde Franco tuvo su Cuartel General durante la batalla del Ebro en 1938. Y para finalizar habría que explicar con la señalítica necesaria el trabajo de reconstrucción que se hizo de la plaza Mendizábal, calle Nicolás Sancho, Muro Santa María y Cuartelillo mediante la mano de obra esclava de los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores, que se componían de republicanos represaliados tras la Guerra Civil.

Como pueden ver aún nos quedan pendientes en Alcañiz muchas tareas y por ello nos vamos a implicar para que esta legislatura acabe llena de Memoria Democrática.

María Milián – GANAR Alcañiz