En estos días de candente actualidad, hay un tema que se prioriza sobre el resto, los sucesos en Cataluña. Reconozco que la tentación de hablar sobre la situación de los vecinos es importante, pero a mí mismo me prometí relegar el tema, puesto que son varias veces en las que ya he expuesto mi punto de vista.

Un tema como mínimo tan importante, son las reivindicaciones de los pensionistas. El problema es que en la medianía política sobre la que cabalgamos, son pocas veces las que ocupan el centro del debate.

Llegan elecciones y el omnipresente tema de Cataluña monopoliza todo. Muchas cosas sólo se dicen con fines electoralistas, las tentaciones más profundas de algunos políticos salen a flote, el griterío con el que claman sobre medidas duras y contraproducentes, me recuerda la medianía del aficionado que desde la grada conoce todas las soluciones, pero seguramente si fuera el entrenador no sabría lo que hacer.

Y esto nos pasa con demasiada frecuencia, por eso hay tan pocas propuestas para solucionar un tema como el de las pensiones, donde hay dos líneas innegociables: que estas no pierdan capacidad adquisitiva y que sean sostenibles. Pero de eso ni mu y no dicen nada porque no tienen nada que decir. Algunas propuestas vagas y abstractas, pero nada de ponerse a trabajar en serio para llegar a una solución que pueda perdurar en el tiempo.

Vivimos en la era de la tentación y lo inmediato, el fuego de Cataluña tiene llamas demasiado altas como para dejarlas pasar sin aportar tu particular brasa, pero la realidad es que hay más temas y que también urgen y nos afectan.

Ahora a muchos les tocará pedir otra oportunidad con nuestro voto, pero en la práctica el desafecto también se debe a que no se hace nada por resolver problemas. ¿Otra oportunidad? Bueno en el caso de Teruel, la oportunidad la podrán pedir los que nunca han estado, en este caso «Teruel Existe» pero el resto se deberían ganar el voto de otra manera, pero bueno, no pidamos peras al olmo.

No me cansaré de repetirlo, en esos miles de pensionistas que se manifestaron en Madrid esta la historia viva de nuestro país, los que han hecho con el fruto de su trabajo que hoy tengamos escuelas, ambulatorios, calles asfaltadas o aguas potable, que España venía de donde venía y hasta hace cuatro días estábamos como estábamos y no, no es exageración, estábamos en las catacumbas.

Por eso pido, si es que todavía queda alguien dispuesto a arremangarse en la política, que se trabaje, se trabaje para resolver muchos problemas concretos, que no se desestime el viejo arte de negociar y que el concepto de acuerdo recobre el valor de tiempos pasados, lo necesitamos, no hay unas siglas o unas tentaciones que valgan más que las pensiones.

Víctor Puch