Durante el puente de San Jorge, he aprovechado para enseñarle a mi chico nuestra provincia. Porque sí. Porque Teruel tiene muchas cosas que ofrecer y, en ocasiones, nos pasan desapercibidas.

Recorrimos las calles empedradas de La Fresneda y descubrimos las formas de animales fantásticos de sus canaletas; después, admiramos la fantástica portada de la iglesia Santa María la Mayor de Valderrobres. Paseamos por las estrecheces de Albarracín hasta la muralla y disfrutamos del sol y el buen ambiente en Calaceite. También, contamos los peldaños de la escalinata de Teruel y pudimos comprobar el brillo de las piezas cerámicas vidriadas de la torre de la Catedral tras su restauración. Subimos al Castillo alcañizano de los Calatravos para contemplar las vistas desde allí y bajamos al subsuelo para admirar la nevera medieval y su entramado de pasadizos. ¡Una maravilla! La provincia de Teruel tiene mucho que ofrecer. Puede ser un atractivo para empresas; un aliciente para asentar población en la zona; un ejemplo de que ser pocos no resta derechos.

Mientras viajábamos en coche a la capital, paralelamente al trazado de la carretera, se podían observar unos edificios de color pardo en casi cada población. Se suponía que estos iban a formar parte de una conexión ferroviaria entre Alcañiz y Teruel. Sin embargo, las vías nunca llegaron a materializarse y los edificios, en la actualidad, están medio derruidos. Si viajamos por la parte más occidental de la provincia, nos encontramos con la única autovía, la A-23, que conecta con Zaragoza. Ni siquiera existe otra vía de estas características que tenga conexión directa con Madrid… ¡y ni tan siquiera digamos ferroviaria!

Teruel tiene mucho que ofrecer, muchísimo, pero el goteo de la despoblación llama a la puerta, y, si la densidad de población media en España se sitúa en 94 habitantes por km2, en Teruel tan sólo es de 9,06. Además, según datos de 2017 que maneja el movimiento ciudadano Teruel Existe, hay 21 municipios turolenses que no tienen niños y su vecino más joven ronda la veintena o, incluso, supera los 30 años.

Teruel tiene mucho que ofrecer, sí, pero ojalá no sea tarde.

Eva Bielsa