Este fin de semana Aguaviva realizaba una jornada titulada «LLoc unit, Riu salvat» organizada por la plataforma «El Bergantes No se toca» para celebrar que el Río Bergantes sigue vivo. Una celebración merecida tras el descarte de la presa de Aguaviva por parte del Ministiero para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico como posible alternativa de actuación para mejorar la seguridad del embalse de Calanda.

El pasado mes de mayo salía el descarte y con él la alegría de quienes desde hace nueve años, cuando salió publicado el proyecto de presa de Aguaviva para la laminación de avenidas del Bergantes, comenzaron la lucha y resistencia por su río y su territorio. Un pueblo que no se quedó de brazos cruzados, sino que fue capaz en pocas semanas de organizarse de manera ejemplar. Se creó la plataforma «El Bergantes No se toca» y con ella el inicio de un intenso recorrido para defender un espacio único y vivo como es el Bergantes. Durante estos años y de manera colectiva Ayuntamiento y Plataforma han estado realizando movilizaciones y alegaciones para hacer llegar a las administraciones lo absurdo que era el planteamiento de esta obra que dañaba enormemente el río y explicar que existían otras alternativas sin impacto y con un coste semejante. Este sábado todo ese trabajo en común se convirtió en una jornada de reconocimiento a todo un pueblo, Aguaviva. Un pueblo unido y emocionado por haber conseguido el objetivo que no se arrase un río vivo como el suyo y que tanto tiempo y esfuerzo ha costado. Pero también un pueblo agradecido con las personas y colectivos de nuestro territorio que han estado caminando a su lado todos estos años, reconociendo toda la labor de apoyo y el trabajo que se ha hecho.

Esta vez se ha ganado pero queda mucho por hacer, tenemos muchos conflictos abiertos todavía que afectan a nuestra comunidad y los habitantes que estamos en ella. Espero que seamos capaces de tomar ejemplo y entender que hay que organizarnos para defender nuestro territorio con dignidad y con justicia frente a la especulación y el expolio que llega siempre en nombre de un falso interés general.

María Milián. IU / GANAR Alcañiz