Hoy, domingo 22 de agosto me vuelvo para «la capi» y mientras conduzco lloro. No sé si es de rabia, de pena o de impotencia… pero necesito expresarlo. No tengo mote en el pueblo (por lo menos que yo conozca), no vengo de ninguna familia conocida… pero me siento un vecino más de esta villa de Andorra. Acabé de trabajar el 30 de Junio y nada más terminar me vine al pueblo y durante todo este verano he estado con cámara en el hombro pedaleando y fotografiando animales, visitando cada rincón del término municipal (Turbena, Valdeserrana, la  Era Empedrada, el Ceparuelo, la Zarzana, la Cerrada, el Estrecho, Piagordo, Agua la Turca, la Piñuela, la Val Común, etc.), viendo todo el entorno cabalgando cual Don Quijote cervantino creando ideas gigantes sustitutiva a los molinos y las placas, y voy recorriendo todo como si fuera una despedida. El sábado llegué a la torre forestal y de la lluvia del día anterior había un mar de nubes el cual miré a mis pies y me fue imposible idearlo con todas placas solares. Algo dentro de mí me empujaba a despedirme del paisaje y del entorno y todo gracias a una mal dicha Transición Ecológica Justa.

Así pues, escribo estas líneas no con el ánimo de discrepar y criticar, entiendo que habrá otras razones que desconozco, sino con el ánimo de hacer ver y concienciar que existen otras líneas y propuestas que obviamos y que podrían ser interesantes y de que es necesario que los políticos no miren por su partido sino por su territorio.

Observando la definición

Transición: «Paso o cambio de un estado a otro, el paso intermedio entre uno más antiguo y otro al que se llega con un cambio». Con este significado entiendo que hay un plan futuro que justifique la puesta de tantas placas solares y torres eólicas. Porque el objetivo y el fin último que queremos en el pueblo es estabilizar la población y poder estar de una manera sostenible y con oferta laboral diversificada.

Ecológica: «Que no es perjudicial para el medio ambiente». Vamos, estamos de coña. Afecciones al paisaje, al impacto visual, modificación en los biotopos (reflejos, ruidos constantes, alteración del entorno…), alteración y estrés en animales, pérdida del entorno natural, pérdida de biodiversidad. Pero también pérdida de cultivos, reducción de la ganadería, alteración sociológica y éxodo rural por falta de oportunidades.

Justa: «Que se actúa con justicia». ¿Con quién? ¿Con la población? ¿Con el entorno? ¿Con el mundo rural? Y esta justicia, ¿es global? ¿Afecta a toda la población del territorio por igual? ¿O crea nuevamente una segregación social? ¿A caso es la idea que han promovido e ideado las vecinas y vecinos para desarrollar el territorio? ¿Se han hecho procesos participativos? ¿Se han tomado alguna de las iniciativas que se han planteado?

Mis reflexiones

Se cierra la central y todos vemos el abismo, la desaparición del pueblo, de puestos de trabajo, entrada de divisas… Un cierre que justificado con la contaminación y «dando la razón a los ecologistas» se apoya como transición en la colocación masiva en la España vaciada de mega parques de renovables para las grandes ciudades. Y surge la siguiente pregunta: ¿Es esto lo que quiere la población? ¿Esto es lo que entienden las vecinas y vecinos por Transición Ecológica Justa? ¿Porque utilizan a los ecologistas para justificar algo que no es ecológico? ¿Porque se presiona a la gente a que alquile sus terrenos justificando que es un beneficio para todas y todos?

Nos prometen 500 puestos de trabajo, que al final no son reales, eso sí nos quedamos todas y todos admiradas y con una entrada triunfal de cornetas y añafiles victoriosas, vamos encaminadas emocionadas a votar porque ya tenemos desarrollo del pueblo.

La importancia de decisión de un pueblo

Parecía que hacía falta un cambio en el Ayuntamiento y así surgió. Además se empezó muy bien juntándose con todas las iniciativas vecinales, asociaciones, grupos de trabajo, etc. Y parecía que había una escucha. Cuando se escucha hay una reacción y una respuesta. Cuando se oye, hay indiferencia porque no interesa o simplemente por comodidad que se convierte en incómodo y menosprecio para la persona que formula la propuesta.

Después de dos años hemos enmudecido y solo en la calle nos atrevemos a hablar y a volver a idear «nuestros gigantes en vez de molinos».

Seguro que cuando nos hablaron de estas tres palabras mágicas Transición Ecológica Justa, todas construimos un pueblo modélico donde medio ambiente y naturaleza se mezclaba con el progreso y desarrollo del pueblo, aprovechando los recursos endógenos y apostando por unas líneas sostenibles y respetuosas. Cada uno tendría una propuesta según el tema que controlase. Los deportistas apostando por el entorno para la práctica de BTT, senderismo, trail, etc. Los empresarios un modelo empresarial más colaborativo e ideas para promocionar el territorio para la captación de empresas. Los colegios generar nuevas ofertas educativas que sirvieran para enriquecer y atraer a alumnado. Los naturalistas con propuestas de reintroducción de especies o de plantaciones de arbolado. Y así sucesivamente. ¿Dónde están esas propuestas? ¿Acaso si quiera se ha dedicado el tiempo oportuno a escucharlas antes si quiera de hacer nada?

Que hacen los políticos

Nuestros políticos lejos de sumar y buscar mediante procesos un modelo territorial a gusto de todas las vecinas y vecinos. Unos encenagados apostando por las renovables a gran escala estropeando el paisaje y el entorno y poniendo a los agricultores y vecinos y vecinas unos frente a otros, haciéndoles responsables en la cesión de las tierras «por el bien del municipio» mientras los socios de gobierno regionalistas apoyando este modelo (que generá hambre en el mañana). Otros haciendo sutiles protestas sin generar mucha controversia y sin desarrollar tensiones dentro, para desarrollar un modelo transitorio más sostenible. Otros sin propuestas claras, apostarían por poner una bandera de España en la chimenea y con el eslogan «La España de las Chimeneas» gritarían «LIBERTAD, LIBERTAD» o la usarían para hacer un mitin, pidiendo desde lo alto el trasvase del Ebro para regar los campos de golf de sus amigos, en estas tierras sedientas. Otros lanzan propuestas de conservación de «Torres Eiffeles turolensas», pero como propuesta más puntera, el de usar las tierras de Andorra para hacer un pantano que riegue a los términos de Alcañiz e Híjar olvidándose de que Andorra ¡EXISTE! Otros dirán hoy una cosa y mañana dirán otra, teniéndoles que recordar que las naranjas están en Valencia y no hace falta ir a China.

Y a pesar de la cantidad de Procesos Participativos que se han realizado, ninguno de ellos realiza una ESCUCHA SOCIAL, y no se dedican a ESCUCHAR las ideas de la gente y mucho menos de la gente joven que es la que se tiene que construir su futuro.

La participación ciudadana silenciada

Reconozco que era un fiel defensor del desmantelamiento total de la CT, pero por cuestiones ideológicas y medioambientales, no apoyaba para nada las ideas de «Torre Eiffel» turolense y era un gran desconocedor del turismo que movía los patrimonios industriales. Por otro lado, me comentaron la idea de la escalada en la torre, cómo se había desarrollado esa propuesta en Eslovenia y del éxito de la misma ya que una conocida marca a nivel internacional lo había patrocinado. Hasta el simple hecho de hacer un mega Paintball en las chimeneas de refrigeración para completar un parque multiaventura en las instalaciones. El caso es que escuche las ideas y me han hecho cuestionarme mis valoraciones. Algunas me gustan más y otras me gustan menos, pero me hacen ver la necesidad de que, a lo mejor habría que preguntar a los más jóvenes y a la gente que practica estos deportes para saber qué salida puede tener. Al igual, que la recuperación de la vía del tren o de las oficinas.

Y como esa idea descabellada, he escuchado propuestas de todo tipo de traer agua de calidad, a hacer un muladar y tematizar las rutas senderistas o de BTT con la ornitología, crear una Zona 0 «Andorrana», mover, premiar y promocionar ideas empresariales de los jóvenes o promocionar los procesos cooperativos en la creación de empleo, promover la custodia territorial, completar los ciclos de manufacturación de la producción local agroganadera, apostar por la biomasa pero de una manera sostenible mediante cuadrillas que limpien los bosques y que suministren combustible al municipio, desarrollar empresas de gestión de campos y control ganaderos con drones. Y seguro que cientos y cientos de ideas más que desconoceremos, porque no se han puesto en común y que trabajando todas las partes podríamos generar un modelo real de TRANSICIÓN, ECOLÓGICA y JUSTA.

Así pues, no hagamos de nuestro pueblo un Silent Village. Construyamos trabajos y población estable, no trabajadores y pobladores efímeros del montaje. Os invito a coger los palos de senderismo, la bicicleta de montaña, los prismáticos y la cámara y que subáis a una zona alta, la que más significado tenga para vosotros y vosotras (San Macario, el Piagordo, la Torre Forestal…). Mirad el entorno y cerrando los ojos pensad que modelo querríais para nosotras y nosotros, pero también pensando en la descendencia que está por llegar y dejad de silenciar lo que queréis decir a gritos. Sed soberanos con las decisiones que le implican no solo a un pueblo sino a todo un territorio y decidid qué modelo queréis. Esto va mucho más allá que la política. No lo miréis por el ahora sino por el mañana y que lo que se cede no durará dos días. No puede ser que en un año la población haya descendido tanto y que tantos jóvenes no quieran volver al pueblo para vivir.

Para que queremos un pueblo con las calles arregladas, con actividades culturales, con bares, talleres, tiendas y peluquerías sino habrá gente que las ocupe.

Con admiración y corazón hacia y para esta tierra, Francho Duque.

Francho Duque. Tribuna Abierta