El dichoso coronavirus ha cambiado completamente desde los primeros meses de 2020 el orden de la lista de preocupaciones que tenemos los españoles. La repetición de los temas que nuestra sociedad considera prioritarios es directamente proporcional al número de veces que aparece la palabra en cuestión en los medios de comunicación. Ahora, le invito a abrir alguna página de este diario al azar. El Covid-19, el coronavirus, el SARS-CoV-2… en todas sus vertientes, se puede leer continuamente.

Antes (en el cada vez más lejano 2019) en los primeros puestos en cuanto a las preocupaciones de los españoles encontrábamos el paro, la corrupción, el fraude y la crisis económica. La sanidad, una necesidad que este año ha sido más puesta en valor, ostentaba el quinto puesto.
En el top 10, además de la educación, el tráfico de drogas o la independencia de Cataluña, estaba también la violencia contra las mujeres. La preocupación por este problema alcanzó un nuevo máximo histórico en la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de 2019, al aparecer en el 7,9% de los cuestionarios.

No sé si será la situación que estamos viviendo, o el qué. El caso es que la preocupación por la violencia de género ha aumentado a más del 11% este 2020, convirtiéndose por fin en un PROBLEMA con mayúsculas y se ha colocado en tercer lugar, solo por detrás del infame SARS-CoV-2 y del maldito paro. Dos virus que no terminamos de erradicar.
¿Quizá es que somos más conscientes que nunca del valor de la vida humana y de la fragilidad de nuestra existencia? No puedo evitar terminar estas líneas recordándoles a cuántas mujeres hemos perdido en 2020 por culpa de ese tercer virus mortal al que llamamos machismo: hoy ya suman 41.

Laura Quílez