Tras cuatro días intensos de negociación la madrugada del pasado martes 21 de Julio se llegó a un acuerdo en el consejo europeo, establecer un fondo de reactivación para paliar los daños de la covid-19, dotado de 750.000 millones de euros y proponer un marco financiero para 2021-2027 de más de un billón de euros, en definitiva la movilización de 1,8 billones de euros.
Como si de una tarta se tratase dichos valores deben dividirse en pequeñas porciones entre cada uno de los estados miembros, así como en las diferentes líneas de trabajo propuestas, trozos de tarta más dulces para algunos, donde España obtiene una de las porciones de mayor tamaño, es uno de los países más beneficiados con 140.000 millones de euros lo que supone un 11% del PIB Español.
Todavía queda camino que recorrer y defender por parte de los países y posteriormente en nuestro caso por las autonomías, para conocer como se realizará la distribución entre las diferentes líneas de trabajo existentes.
Los datos que podemos extraer de dichas conclusiones a falta de una mayor concreción y su aprobación, el presupuesto para España destinado para la PAC quedaría entorno a 343.950 millones de euros para los próximos años, un valor un tanto inferior al anterior periodo con una reducción de aproximadamente un 10%.
Dentro de este bloque se diferencian dos pilares, un pilar de ayuda directa a agricultores y ganaderos dotado de 258.600 millones de euros un tanto inferior al periodo anterior, todo esto sin ser datos definitivos.
El segundo pilar constituido por los fondos de desarrollo rural el marco presupuestario recoge un suma básica de 77.850 millones de euros, además el plan de recuperación aporta una cantidad de 7.500 millones y por otro lado España podrá ser beneficiaria de otros 500 millones. En definitiva un aporte aproximado de 85.850 millones de euros, un valor inferior al periodo anterior, pero dichas cifras deben ser apoyadas por el parlamento y conocer exactamente como serán ejecutadas.
Estas disminuciones presupuestarias contrastan con el refuerzo económico hacía la Política de Cohesión que pasa a adquirir un presupuesto aproximado de 377.000 millones de euros. Dicho incremento sucede debido al apoyo del plan de reactivación para paliar los efectos de la COVID-19, a través del instrumento ReactEU que supone un aporte adicional de 47.500 millones de euros para los próximos dos años, 2021-2022.
Para poder continuar con las prioridades de la Comisión Europea y alcanzar los objetivos de en neutralidad climática de aquí al 2050, así como el objetivo más próximo para 2030 en el contexto de dicha área, se creará un Mecanismo para una Transición Justa, que incluya un Fondo de Transición Justa. Dentro del marco europeo «Next Generation», plan de recuperación, dotado de 750.000 millones de euros, el fondo de Transición Justa ha recibido una propuesta de 10.000 millones de euros de dicho fondo, esté también será apoyado por parte del fondo InvestEU y dentro del MFP se propone un valor de 7.500 millones de euros.
Otros programas importantes europeos que adquieren relevancia en el nuevo presupuesto comunitario serían Erasmus + con una dotación aproximada de 21.208 millones de euros, el programa para gestión de migración y fronteras, con una dotación de 22.671 millones y la línea de defensa y seguridad dispone de una dotación aproximada de 13.185 millones de euros.
El programa de investigación, Horizonte, contará con un presupuesto dentro del MFP de 75.900 millones de euros, además de un aporte por parte del plan de reconstrucción de 5.000 millones de euros.
Una gran porción de tarta para España, pendiente de endulzar y completar por diferentes organismos, conociendo el presupuesto exacto asignado a cada uno de los bloques, que deberá posteriormente volverse a dividir y compartir el trozo entre las diferentes comunidades autónomas, y así sucesivamente hasta llegar a nuestro territorio. Una tarta muy golosa que todos quieren tener la mayor de las porciones, un primer paso.
Lorena Sales – Técnico Europe Direct Maestrazgo