Querido Zipi: Se aproximan unos días complicados, la amenaza del coronavirus nos obliga a quedarnos en casa. Es una oportunidad para pasar tiempo con nuestros seres más cercanos, con los que podemos jugar a juegos de mesa, charlar y reírnos. También podemos aprovechar y dedicarnos tiempo a nosotros mismos para hacer actividades que siempre dejamos para otro momento, como releer nuestro libro favorito, ver una película tumbado en el sofá o hacer ejercicio físico. Además, estos días he conocido a mis vecinos. Nunca había tenido la oportunidad de hablar con ellos, y ahora, desde la ventana pasamos tiempo juntos. Y lo que más me emociona es poder verme con amigos y familiares que hacía mucho que no hablaba y que ahora, gracias a las tecnologías, he podido sentir cerca. Y tú, Zipi, ¿cómo lo llevas?

Hola Zape, pues me pillas ordenando el trastero, que buena falta le hacía. Hoy te voy a dar la razón en todo lo que me cuentas. Lo vamos a pasar mal pero creo que vamos a aprender mucho. Vamos a darnos cuenta de que pequeñas cosas en la vida son importantes y no las valoramos. Hace un momento he bajado mi tambor hasta el piso, en mi trastero se quedó al finalizar la pasada Semana Santa y casualmente lo tenía que sacar este fin de semana para acudir a las Jornadas Nacionales de Alcorisa.¡Qué pena! no va poder ser, ni Alcorisa ni La Ruta ni esta Semana Santa. Paradójicamente Alcorisa eligió un eslogan que hoy se hace más potente que nunca. Habla de unión entre las personas. «El toque que nos une» que acierto, este virus lo paramos unidos. El sábado a las 12 saldré a mi terraza a tocar y espero que sean cientos o miles los tambores y bombos que me acompañen.

Nuestro más sincero agradecimiento a todos aquellos que están al pie del cañón durante estos días complicados, al sector sanitario, a los trabajadores y trabajadoras de las tiendas de alimentación, a los agricultores y ganaderos, a las farmacias y a los cuerpos de seguridad del estado por toda la labor que llevan a cabo para que pase la cuarentena con los menores incidentes posibles. Todos los demás, quedémonos en casa.

Alberto Gracia y Juan A. Peñalver