El verano llega y con él las fiestas en los pueblos. Momentos de diversión y encuentro donde todos y todas disfrutamos de buenos momentos y de las mejores compañías, bailando con las orquestas, grupos musicales y divirtiéndonos con las actividades culturales.Pero también existe «la otra cara de la moneda», donde actos irresponsables y el vandalismo en las calles toman protagonismo.

Toda actividad festiva organizada por las comisiones se centraliza en las plazas quedando la periferia a merced del conocido y aceptado «botellón», donde grupos de personas bajo los efectos del alcohol y otras sustancias no tienen ningún respeto por el entorno que les rodea y generan situaciones de violencia.

Este año en las fiestas de Fuentespalda hemos sido testigos directos y sufrido un hecho de actos vandálicos contra nuestra vivienda que podrían haber terminado en agresiones físicas hacia nosotros también.

Hemos redactado este escrito para hacer un llamamiento a la responsabilidad de todas las personas que formamos parte de las fiestas populares. En nosotros está el compromiso de hacer de estas celebraciones espacios libres de agresiones donde los protagonistas sean la diversión y el respeto.

Lamentable y personalmente me he sentido muy vulnerable e indefensa, ninguna institución ha empatizado con nosotros, limitándose ha decir que estas cosas pasan, que me aguante, que me calle.

No y no, el vandalismo no se puede callar, antes de que lo lamentemos a quien corresponda que haga lo necesario para evitarlo.

Trini Prats
Fuentespalda