Han pasado casi cuatro años de uno de los crímenes más deleznables de nuestra provincia. Un asesino sin piedad acabó con la vida de dos guardias civiles, Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, y de un ganadero, José Luis Iranzo. Fueron los que se toparon en el camino de Igor el Ruso, que no mostró ningún escrúpulo para supuestamente cometer las atrocidades que muchos todavía tenemos grabadas en nuestra memoria a fuego. Por la atrocidad que supuso y por el inmenso dolor que causó.

El juicio que se está celebrando en Teruel estos días está provocando que todos recordemos lo que sucedió esos días y que escuchemos, en voz de los que más sufrieron aquellos días, el dolor que padecieron y que todavía siguen viviendo. Esto no hace sino que me arraigue el sentimiento máximo de solidaridad con ellos y el deseo que de toda la justicia caiga sobre el supuesto asesino. Así, sin ningún paño caliente.

Le estamos dando la posibilidad de que se defienda el presunto culpable, aunque lo que él mismo confesó que hizo no tiene la más mínima justificación. Afortunadamente vivimos en un estado de derecho que permite a todos un juicio justo, pero por suerte también tenemos unas penas que podrán impedir que esta persona, por denominarla de alguna manera, vuelva a pisar la calle.

La sociedad turolense está al lado de las familias de los fallecidos y, junto a ellos, pide justicia con toda la fuerza posible. Con todas las letras para que una vez celebrado el juicio podamos decir que pagará por todo el mal que cometió en nuestra provincia y que afortunadamene no fue más, porque podía haber aumentado el número de fallecidos.

Por el derecho de los familiares a ver encerrado a un asesino sin piedad, por justicia social, por la necesidad de que vivamos en unos municipios seguros, confiemos en la Justicia y en que se le impondrá la pena que merece por unos actos tan deleznables como los vividos en aquel tiempo. Eso deseo. Eso queremos.

José Miguel Celma – PP Torrecilla de Alcañiz