Volver. Del latín volvere. Mudar el haz de las cosas. Dar la vuelta a algo. Regresar. Encaminar algo a otra cosa. Devolver. Retribuir. Desenrollar.

Volver no siempre es un ejercicio de nostalgia. A veces es desenmarañar las redes mal tejidas, los nudos, las costuras que una vez fueron hilvanadas… O para regresar a los orígenes, a ese punto en el que uno comenzó a apasionarse por la vida. O al momento en que nos dimos cuenta de que el hogar no estaba siempre bajo un techo y cuatro paredes, si no que podía estar tras una mirada o entre un campo de vastos olivares. Tirando de tópicos, a veces uno necesita dar un paso atrás para continuar su camino con fuerza y determinación. Perderse para encontrarse de nuevo. Redescubrirse.

Sé que en estos días hay muchas personas sufriendo, trabajadores exhaustos, familias con situaciones complicadas, con problemas económicos, con un miedo atroz a la incertidumbre que nos deja la pandemia. Pero al mismo tiempo, creo que todos aquellos afortunados que lo único que tenemos que hacer es quedarnos en casa, deberíamos replantearnos el futuro de nuestra sociedad, si podemos seguir basando nuestro sistema en el ahorro de costes desplazando la industrialización a países asiáticos (antes llamados en vías de desarrollo), en la productividad ilimitada a costa del planeta, en no atender como es debido a la sanidad, la investigación o la educación…

Lucía Peralta