Las pasarelas sobre el río Guadalope hacia el Estrecho de Valloré se han convertido en uno de los grandes polos de atracción de la comarca del Maestrazgo. Lo han sido durante toda la época estival y, aunque este tirón se relaja, no decae con la entrada del otoño.
Durante los dos meses de verano pasaron alrededor de 400 personas diarias, un dato más que destacable teniendo en cuenta que en Montoro de Mezquita hay cuatro casas abiertas, lo que supone una docena de habitantes.
En la primera quincena de septiembre siguieron llegando del orden de 150 personas a recorrer las pasarelas y ahora, ya iniciando el otoño, «es fácil ver entre diez y doce coches». Carmen Olague es una de las vecinas, regenta dos casas rurales en Montoro y atiende la Oficina de Turismo en este barrio de Villarluengo.
«Para nosotros recibir a toda esta gente es un impacto bestial y sentimos una enorme satisfacción porque haya salido adelante un proyecto que propusimos a sugerencia de uno de nuestros clientes», explicó. Aquel huésped de la casa rural, ahora amigo, realizó el sendero junto al río que le recomendó Olague. Era responsable de márquetin de una gran empresa de turismo y al regresar le recomendó a su casera que impulsarán unas pasarelas.
«Me dijo que serían la salvación de este pueblo y la respuesta de la gente está siendo maravillosa», dijo Olague. Orgullo que comparte con aquel cliente que le lanzó la idea y que regresó este verano. Entre los visitantes hay muchos que repiten, especialmente de los alrededores y de Zaragoza, un público del que se ha conseguido que además de al Pirineo también mire hacia la provincia de Teruel.
Iniciativas con respaldo de público
Conseguirlo no fue sencillo, llegó después de cuatro años de periplo de Olague «de administración en administración» con un proyecto redactado de forma altruista por un amigo. «En Montoro necesitaríamos un par de familias más, que se abra un bar, un restaurante…
Todas estas iniciativas las hacemos porque no queremos que el pueblo se muera y la gente responde», añadió Olague que reconoció el «enorme impulso» que está suponiendo la puesta en marcha de «The Silent Route», otro acierto que disfruta cada vez más gente, especialmente motoristas que visitan los pueblos de Andorra-Sierra de Arcos y Maestrazgo, los dos territorios impulsores.
Ana dice
Hice esta ruta este verano. Es un paraje precioso. Me dio tristeza al terminar que no hubiera un bar, un restaurante….para dejar algo de dinero en el pueblo.
Angel dice
Yo fui hace quince días y es un entorno muy bonito. Como ibamos con niños y tengo vértigo hicimos solo lo del río, que es precioso y merece la pena. Ya es hora de que valoremos lo que tenemos y potenciemos el turismo del territorio. Seguro que si siguen así los vecinos pondrán un bar o algun sitio donde almorzar. Yo estaré encantada de dejar mi dinero en Teruel.
Carlos dice
A ver si nos vamos poniendo las pilas, y además de tener entornos preciosos, que los tenemos, nos dedicamos también a invertir en negocios que nos dejen dinerillo, como los citados de algún bar o restaurante para poder pasar más rato en el paraje, hasta, por ejemplo, posibles paseos en barca en acumulaciones de agua como La Estanca U otros embalses en Teruel, Pirineo oscense, y otros de Zaragoza. Son posibilidades de empleo y negocio que no deberíamos dejar pasar.