Las peanas de Alcañiz ya duermen en la Iglesia de Santa María la Mayor de Alcañiz. Una a una pasaron de la conocida como la Casa de los Santos, a escasos metros, hasta el interior del templo. Los cofrades, con gran presencia de jóvenes, ayudaron a llevar las peanas de sus hermandades.
Se trata de uno de los momentos previos más emotivos de la Semana Santa y todo un indicativo de que faltan pocos días para que los pasos vuelvan a procesionar por las calles. Además, cada año el número de asistentes es mayor y el paso de las peanas ya se ha convertido en un fijo de estos días. La nueva presidenta de la Junta Suprema, Ana Egea, aprovechó para pedir que también haya voluntarios cuando, después de la Pascua, los pasos vuelven a guardarse hasta el siguiente año.
Con su colocación en las capillas de la Iglesia también se facilita que los turistas y visitantes puedan conocer de cerca la tradición semanasantística de la localidad.
Sin duda la bajada del Cristo y su colocación en su peana fue el momento más importante de la tarde-noche del miércoles. Es la tarea más laboriosa y en la que sus participantes ya cuentan con experiencia y trabajan con laboriosidad para que nada pueda salir mal. Cualquier movimiento en falso puede dañar al Cristo o provocar un percance personal importante.
Los minutos en los que el Cristo está colocado sobre los bancos para quitar el polvo también son importantes para muchos vecinos. «Suponen una ocasión única para sus fieles porque normalmente solo pueden tocarle los pies y en esos momentos llegan a todo su cuerpo. Pueden darle un beso o acariciarlo, son momentos muy especiales», apuntó Alfredo Barberán, presidente del Santo Entierro.
La tradición manda que después de su bajada se coloca sobre los bancos para quitarle el polvo que acumula durante todo el año. El miércoles dos mujeres lo estuvieron limpiando con laboriosidad y sumo cuidado mientras a su alrededor numerosos alcañizanos grababan este momento con sus teléfonos móviles. La bajada del Cristo y su colocación en la peana también fueron instantes muy retratados por los presentes.