Con la misma ilusión de siempre por ver a la Virgen del Pilar desfilaron los alcañizanos este 12 de octubre por la plaza de España para llegar hasta ella, a la imagen ubicada bajo los arcos de la Lonja a pie de plaza. Una vez allí, el ritual de rigor: entrega de los ramos y foto para la posteridad. Es buena esta costumbre, porque son las imágenes que siempre sacan una sonrisa cuando se repasan días, semanas o incluso años después. Despiertan emociones, como las despierta el mismo momento de llegar ante ella. Este año en la plaza de España se congregaron más personas de lo habitual y de variada vestimenta, lo que creó algunos momentos de confusión en el momento cumbre de la ofrenda con el ir y venir de personal. Entre los de traje regional y de calle, se entremezclaron los uniformes de la Guardia Civil porque este año la plaza alcañizana fue el lugar elegido para los actos protocolarios del cuerpo en la provincia de Teruel, que empezaron a mediodía.
Antes de las 11.00 comenzó la ofrenda encabezada por el alcalde de Alcañiz, Miguel Ángel Estevan; el Subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro; y la teniente coronel Silvia Gil. Tras ellos, las Reinas de las Fiestas de Alcañiz y a partir de ahí, toda la ciudadanía que se quiso sumar. Cuadrillas de amigos, de familias y vecinos fueron pasando a depositar los ramos que fueron cubriendo la reja colocada en la pared de la Lonja. Las jotas cantadas y bailadas de Malandía fueron ambientando todo el tiempo que duró la ofrenda, mientras en la fila se cruzaron las conversaciones, saludos y los teléfonos móviles para grabar y fotografiar los momentos. También miradas perdidas y otras enfocando a la Virgen solicitando protección o haciendo contacto visual para adquirir acuerdos y promesas con la santa.
Para algunos fue la primera vez, como es el caso de los hijos de Sandra Figuerola, que empujó en el carrito al más pequeño. «Pensábamos bajar al puente pero esta vez toca en la plaza. Es el primer año en que se visten los dos niños, mi suegra tenía el traje de alcañizana para la mayor y hemos vestido a los dos, y también a un primico, un día familiar hoy», dijo. Era la segunda vez para el pequeño Mario, el responsable de que su abuelo Juanjo y su madre Beatriz hayan adquirido esta costumbre. «A raíz de su llegada empezamos a salir, es un momento muy especial», se sinceró su madre que lo llevaba en brazos. Su abuelo lució un traje de comienzos del siglo XX. «Alpargatas, gorrinera típica, alforja y la camisa con chorrera, lo que se llevaba me he puesto», sonrió Juanjo Vallés después de tomarse la foto con su nuera y su nieto ante la Virgen del Pilar, la que más miradas se llevó este 12 de octubre en la que terminó por salir el sol como broche a la ofrenda.